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La acción de Paris Hilton para ayudar a un amigo que terminó en mal entendido

Una fiesta reciente de Paris Hilton, la policía llegó de recibir una llamada de un invitado denunciando que le habían robado las llaves de su coche, que en realidad habían sido guardadas por ella.
lun 26 noviembre 2018 03:11 PM
Paris Hilton
Paris Hilton

Las fiestas que celebra Paris Hilton son famosas por ser unos eventos tan glamurosos como desenfrenados, pero eso no significa que la empresaria y DJ no sepa anteponer su seguridad y la de todos los invitados a cualquier otra necesidad. En una de esas últimas celebraciones que tuvo lugar en su mansión de Los Ángeles, la famosa rubia se percató de que uno de sus amigos había consumido demasiado alcohol para regresar a casa al volante del coche en que había llegado a su vivienda al principio de la noche y decidió quitarle las llaves para evitar que tomara una decisión de la que pudiera arrepentirse más tarde.

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Su buena obra acabó dando pie, sin embargo, a una pequeña confusión: cuando el hombre, cuya identidad no ha trascendido, se dio cuenta de que sus llaves habían desaparecido llamó a la policía asegurando que había sido víctima de un robo por parte de uno de los empleados domésticos de la anfitriona.

Las autoridades no tardaron en presentarse en la propiedad y fue entonces cuando la estrella se percató de lo ocurrido y se apresuró a hablar con los agentes para explicarles que había sido ella quien había escondido el llavero de su invitado tras darse cuenta de que pretendía conducir pese a que claramente no estaba en condiciones de hacerlo. La policía estuvo de acuerdo con su forma de actuar y abandonó la vivienda poco después. El problemático invitado, por su parte, regresó a casa a bordo de un Uber, de acuerdo al portal TMZ.

La rica heredera actuó de la manera en que lo hizo motivada muy probablemente por su propia experiencia. En 2006 fue detenida por conducir bajo la influencia del alcohol y un mes después de declararse culpable y ser condenada a tres años de libertad condicional y a asistir a un curso obligatorio de concienciación sobre los peligros del alcohol -en enero de 2007- volvieron a arrestarla, en esa ocasión por exceso de velocidad y por conducir sin permiso.
Sus problemas con la justicia se saldaron con una condenada de 45 días de prisión que, pese a todos sus intentos, no consiguió cambiar por un arresto domiciliario y finalmente acabó cumpliendo solo la mitad debido a la saturación del sistema carcelario y a su buen comportamiento, pero salta a la vista que resultó más que suficiente para que aprendiera la lección.

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