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Así fue el gran y difícil estreno de "El Zoológico de Cristal"

La obra escrita por Tennessee Williams estrenó en el Centro Cultural Helénico con Adriana Llabrés, Pedro de Tavira, Blanca Guerra, Mariano Palacios y David Gaitán.
sáb 05 mayo 2018 08:42 PM
El Zoológico de Cristal
El Zoológico de Cristal El Zoológico de Cristal se presenta en el Centro Cultural Helénico. (Foto: La Rama de Teatro.)

Qué difícil es concentrarse en el camino a casa después de ver El Zoológico de Cristal en el Centro Cultural Helénico. Uno va lidiando con el gozo de haber visto una gran obra, con la mejillas entumecidas de las sonrisas que ésta nos regaló, pero también con un algo en el estomago. ¿Se llama tristeza, melancolía?

Así como los sentimientos se encuentran, el público también. Se ven algunos rostros felices cuando Adriana Llabrés, Pedro de Tavira, Blanca Guerra, Mariano Palacios y David Gaitán se inclinan ante el público, aunque también hay muecas de reflexión.

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Cada uno escoge su bando, pero nadie queda indiferente. La obra que escribió Tennessee Willias está hecha para eso, para conectar de alguna u otra manera con todos. Unos pueden reírse de Amanda Wingifiel (Blanca Guerra) y de su sobreprotectora y angustiosa maternidad, otros pueden aborrecerla y reprocharle que intente manipular el futuro de sus hijos. Depende de cada quien.

Esta familia puede ser la de cualquiera. Tom (Pedro de Tavira) tiene el sueño de ser escritor, pero su padre abandonó a la familia hace muchos años, y ahora depende de él y de su trabajo en el almacén que todos salgan adelante. Tiene la intención de enlistarse en el ejercito para dejar su realidad, pero no puede hacerlo si Laura (Adriana Llabrés), su onírica hermana, no encuentra algún pretendiente, alguien que le garantice un futuro.

Zoo
La obra es una especie de autobiografía de Tennessee Williams.

Para quienes poco saben de Tennessee Williams, esta obra representa a una familia como podría ser cualquier otra y con la que uno se puede identificar. Para quienes conocen al ganador del Premio Pullitzer es más doloroso.

No hay forma de olvidar que esta obra es casi biográfica. Que Tennessee, como le llamaban sus amigos a Thomas Lanier Williams III, se convirtió en vagabundo entre 1937 y 1939 para viajar a Nueva Orleans. Que su hermana, Rose Isabelle, fue ingresada en 1937 en un hospital mental y que en 1943 fue sometida a una lobotomía frontal. Quedó inhabilitada para una vida normal.

"Es casi autobiográfica, obviamente se toma muchas licencias, pero hay gran parte de su historia vertida ahí. Siempre me gusta empezar los procesos por la investigación del autor. En este caso fue muy interesante porque continuó en la investigación de la obra misma. Le entramos a la investigación profunda para, a partir de ahí, entender de dónde nacieron sus necesidades con el texto y las cosas que le inquietaban y vibraban a la hora de contar esta historia", compartió Diego del Río, director del montaje, a Quién.

Gracias a la dramaturgia que de tanto en tanto entre el público hay risas, porque de por sí es estrujante ver a Laura y su inseguridad. Ahí está la chica, con sus risas únicas, con esos "jas" estruendosos que anuncian carcajadas, pero que son reprimidas y acalladas inmediatamente por ella misma. Ahí están sus gestos tan ausentes como llenos de emoción. Ahí está su andar jorobado, su caminar errante.

"Para cojear, empecé con un tacón y me lastimé mucho la cadera.Luego me puse una moneda en el zapato, lo cual me ayudó, y ahora ya no uso nada. Estuve viendo mucha gente cojear. La cadera va hacia adelante porque Laura tiene una urgencia sexual; tiene 24 años y nadie nunca le ha dado la mano. Tiene la espalda jorobada de una niña que no se cree bonita y que nunca va a llenar las expectativas de su mamá y la cabeza hacia abajo porque le da pena ser ella, el ruido que hace su caminar. La voz está muteada, no tiene brillo porque así es ella", explica Adriana en entrevista.

En ese escenario del Helénico, intervenido por Jorge Ballina (El Hombre de la Mancha), la casa parece un ziz zag, atriangulada, como figura de vidrio. Y en medio, el estante que guarda El Zoológico y que representa a los seres humanos. Todos somos tan frágiles como el cristal.

Y ahí es donde sucede esta historia que repetirá de jueves a domingo, hasta el 24 de junio.

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