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`Me hubiera gustado tener más hijos´: Salma Hayek cuenta en exclusiva

Con motivo de su visita a México para presentar su película El Profeta, la actriz y productora mexicana habló con Quién® sobre este proyecto, su vida como mamá y esposa, y de las críticas que recibe.
jue 28 enero 2016 08:15 AM
Con motivo de su visita a México para presentar su película El Profeta, la actriz y productora mexicana habló con Quién® sobre este proyecto, su vida como mamá y esposa, y de las críticas que recibe.
Salma Hayek Con motivo de su visita a México para presentar su película El Profeta, la actriz y productora mexicana habló con Quién® sobre este proyecto, su vida como mamá y esposa, y de las críticas que recibe. (Foto: Driu & Tiago/Figaro Photo/Contour by Getty Images.)

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Antes de venir a México a presentar su más reciente película, El Profeta, Salma platicó largo y tendido con Quién® sobre este proyecto, sobre la suerte que ha tenido con ese marido que se consiguió, cómo educa a Valentina y también sobre las críticas que le hacen y de su preocupación por México. Aquí la conversación (Publicada en la edición 357) con una mujer verdaderamente libre.

A los 18 años, Salma se reencontró con un libro de su abuelo, fallecido cuando ella tenía seis. No lo había leído hasta entonces, sólo reconoció la portada y recordó que este estaba siempre sobre su buró. El profeta (1923), un best seller del libanés Khalil Gibran hoy hecho una película animada producida por ella, que traía en portada la imagen de un hombre que también le recordaba al padre de su padre. Salma vivió entonces la lectura de la poesía de este libanés como si su propio abuelo hubiera regresado para enseñarle, además de sus raíces árabes, cuestiones sobre aquellas cosas de la vida tan esenciales, como el amor, la muerte, la libertad...

Salma, tu vida es un ejemplo de libertad brutal, de libertad en todos los sentidos. En la vida, ¿quién te dijo que no había límites?

Lo mío es un poco de... Y la película también fue hecha con mucha libertad, porque no tratamos de hacer una película convencional para que la vaya a ver este o aquel público... Es que a mí no me gusta que me metan en ninguna caja, también por eso tengo un problema porque la película no se puede meter en ninguna caja. Entonces nadie sabe cómo marketearla. Porque el cine siendo un producto de consumo aunque sea arte, las películas de arte entran en la caja de arte, y es que esta no entra en ninguna caja. Esta no entra en ninguna caja, como yo.

¿Y cómo es que eres así?

Yo así soy. Quizás sea una rebeldía que es, para mi gusto, sana. Pero tampoco trato de hacer sólo cosas que sean fuera de las cajas porque entonces ya tampoco eres libre, porque sólo tratas de estar fuera de las cajas.

¿Qué es relevante para ti de ir a México a presentar tu película?

Muchas cosas. Obviamente siempre estoy contenta de tener una buena excusa para ir a México. No puedo ir a promover todas las películas que hago sino solamente las que son importantes para mí. Además, el libro es muy querido en México. Este es un experimento que pretende trascender la experiencia de ir al cine a una cosa familiar. Aunque en México se usa más que en otros países, no hay tantas cosas que se pueden ver con toda la familia. Es, además, una película que te invita, en vez de a distraerte de la vida como todas las demás películas, a tener un momento contigo.

Y se estrena en un momento en que asuntos como los de Siria y los árabes están en boca de todos. ¿Qué nos trae El profeta?

Tratamos que tenga una recordación a cada uno de su propia humanidad. Hay un proceso de deshumanización pero en cada país es distinto. En México no se siente tanto el juicio a las diferentes creencias, pero sí se ve deshumanización con la violencia.

También nosotros nos discriminamos a nosotros mismos... Y luego nos hacemos chiquitos...

¿Sabes? Necesitamos una generación de jóvenes que traiga nuevas soluciones a los problemas que tenemos desde hace muchos años. Esto es importantísimo. Si uno no les ejercita a los jóvenes la posibilidad de buscar lo nuevo, de encontrar respuestas dentro de ellos sin que uno manipule las respuestas, no estamos creando generaciones que traigan nuevas soluciones. Estamos atorados.

Salma Hayek habló en exclusiva para Quién®.
Salma Hayek habló en exclusiva para Quién®.


Justo tiene que ver con la espiritualidad.

Con la espiritualidad, pero además con el cerebro. Tú tienes que traer la luz a una parte de tu cerebro donde no tienes ninguna conexión para que el cerebro se estire para ir ahí. Una cosa que es muy difícil para los niños y que no lo hablan, pero eso no quiere decir que no los atormente, es el concepto de la muerte. Cuando mi hija salió de ver la película, salió con un poco de paz de que somos espíritu, que somos más que el cuerpo. Entonces hizo un dibujo con mi abuelita... Ella no la conoció y le hubiera gustado mucho conocerla porque hay muchas historias de los abuelos... Eligió una abuelita y la puso afuera de la tumba bailando con todos los que estamos vivos.

¿Cómo has vivido esa frase del libro que dice que "los hijos no vienen de ti sino a través de ti"?

Yo cuando leí el poema me causó crisis porque me dio la sensación de libertad, pero al mismo tiempo angustia de saber que mi vida es mía, que no podemos echarle la responsabilidad a los padres de todo. Entonces cuando tienes hijos, tiene el mismo efecto pero completamente del otro lado de la moneda. Porque claro que no son tuyos, son hijos de la vida que está tratando de continuar.

Supongo que Valentina ve tu ejemplo, pero ¿cómo le enseñas la libertad?

Trato de no tener una agenda específica y dejar que ella me enseñe lo que necesita. De darle la suficiente libertad para que descubra quién es ella, y con base en eso voy improvisando. Porque sino uno impone cosas que no les pertenecen sino que son tus inseguridades, de lo que tú no tuviste, que te hizo falta, que nadie te dijo... A lo mejor ella no necesita eso, pero sí otras cosas.

¿Hay una estructura en cómo la educas?

Hay una estructura básica que es el respeto a los demás, el respeto por la comida, los valores básicos, la educación, la escuela... Pero al mismo tiempo la dejo ser. Yo no le digo qué ponerse porque eso es (ser) yo tratando de dar una imagen mía a los demás. Y pues aunque no le quede lo que ella escoja, aunque no me guste, la dejo. Esto es parte de su creatividad y así la saco. Mientras esté cubierta cuando hace frío y no traiga suéter cuando hace calor.

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¿Usa las marcas de la familia?

No, no tiene pura ropa de marca ni nada. En algún momento especial le regalamos algo de Gucci pero le encanta Target.

¿Qué tan mexicana es?

Es de todo. Aunque su comida favorita es la mexicana, la cocina de la abuela. Está muy en contacto con la cultura porque yo convivo mucho con mi familia. Ahora los tengo a todos aquí, en Los Ángeles.

¿Qué tan mexicanos son todos en la familia?

Cuando vivíamos en París, yo tenía un grupo de mexicanos allá con los que me llevaba mucho. Ahí siempre hacíamos que el Grito de la Independencia, el Día de Muertos. Nuestros hijos hacían las calaveras, el papel picado... Y Valentina convivía con más niños que hablaban español. Eran mexicanos con hijos de su misma edad. Los amigos mexicanos que tengo aquí en Los Ángeles, ninguno tiene hijos de la edad de la mía.

¿Y en Londres?

En Londres nos ha tocado viajar tanto. Luego mi marido y yo trabajamos mucho y nos da mucho gusto vernos, entonces ya no salimos de la casa.

Eres una mujer progresista pero muy tradicional en lo familiar. Después de más de seis años de casada (abril 2009), ¿qué piensas del amor y el matrimonio?

Creo que ya voy pa' siete, ¿no? Tenemos 10 años juntos... que ya para el mundo en que vivimos es muchísimo.

¿El amor es voluntad?

Eso se dice porque el amor cuesta mucho trabajo pero a mí no me tocó eso. Yo que tenía mucho más miedo, y creo que por eso me tardé tanto, no sabía yo si iba a funcionar o no, el concepto en sí. Y como tengo esta cosa que es muy familiar, tienes la utopía de que quieres que funcione, y como soy progresista decía: "no pues yo no veo que haya muchos candidatos que funcionen". Y no te quieres aventar al ruedo pero tuve mucha suerte porque, por lo pronto, hasta ahora porque uno nunca debe dar por hecho nada, me tocó mucha suerte porque no ha sido algo que haya sido difícil o que tome mucha voluntad o sacrificio. Nada de eso. A veces no hago películas por la familia, pero tampoco lo veo como sacrificio.

Estás ahí porque estás feliz...

¡Estoy feliz! Y muchísima fortuna porque además a mí me hubiera gustado tener más hijos, y pues Dios no me dio más pero François tiene otros tres, lo cual es muy bonito para mí porque tengo la oportunidad de tener una familia grande.

Y de eso sí estabas convencida, de querer una familia.

Sí, pero ¿sabes qué? No te creas... Yo hubiera preferido no casarme que casarme con dudas. Yo no pensaba que era a fuerza que me tenía que casar. Pero siempre he estado cerca de mi familia, y siempre tengo mis familias que son mis animales. Yo tengo muchos animales, ¿no sé si sepas eso de mí?

Sé que tienes perros...

Perros y de todo. Tengo un rancho que es para rescatar animales que no tienen dónde ir o que los dueños no pueden pagar las medicinas para curarlos. Tengo como 30 animales. Perros tengo nueve. Los adoro y estoy pendiente de ellos. Voy y vengo pero estoy ahí. Muchos los he rescatado de México.

La decisión de casarse debe ser la más fácil, porque estás segura o no te casas.

Mucha gente se casa porque se quiere casar. Y eso sí, yo no quería. No, ya me hubiera casado desde mucho antes.

Hablabas hace años en una entrevista sobre querer hacer las elecciones que te hicieran crecer siempre. ¿Qué elecciones te han hecho crecer?

Sí pienso que irme de México y empezar de nuevo desde cero fue una elección, y yo sé que esto no va a ser popular con los lectores pero prefiero ser real que monedita de oro. Cada vez que te arriesgas a no estar en una posición cómoda y vas a ser real contigo misma, creces. Creo que esta cosa de que yo quería hacer cine... ¡y soy tan vieja!, que en aquel momento no había cine en México. Nomás me fui y empezaron a salir Cuarón, el Negro, que aparte todos eran mis amigos (ríe). Pero no es cierto porque se vinieron conmigo... Sí, pero empezó a haber más cine en México cuando estaba yo aquí.

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¿Algo más reciente?

Bueno también el casarme con François, que al principio parecía una locura, porque yo le dije "yo no me voy para allá, yo no voy a botar lo que he hecho en 40 años, y me voy a mudar a un lugar para dejar de ser quien soy y voy a dejar mi trabajo". Él me dijo que lo último que quería era que cambiara o dejara de trabajar.

¿Cómo es ahora la relación?

Tengo a alguien que me apoya, que está interesado, a quien le puedo contar mis cosas, que no se aburre porque se las cuento. No tengo a alguien inseguro que no quiere que te vaya bien, porque capaz de que te va mejor que a él... Bueno en mi caso ¡eso no va a pasar nunca! (Suelta una carcajada. La fortuna de François-Henri Pinault está calculada en más de 13 mil millones de dólares). Pero yo tengo una profesión que me da mucha popularidad.

Es una cosa distinta e incomparable, tu fama y su riqueza.

Sí. Pero hay muchos hombres que dicen "ay, esta no porque no va de acuerdo con mi imagen", eso mi marido, jamás. Por eso te digo que me ha funcionado muy bien, porque estoy con una persona que desea que yo crezca.

¿Qué tanto opinas en sus negocios? No sé si en la parte intelectual que puedan necesitar ciertas parejas, tú le entres al negocio de la moda y del lujo...

Es que yo no necesito opinar en sus negocios para obtener esa conexión intelectual. Él tiene la estimulación de mi intelecto a través de las cosas que yo hago. No me meto. Zapatero a tus zapatos. Si me pregunta le digo. Y por otro lado tenemos algunas cosas que hacemos juntos. Todo el trabajo que hacemos con las mujeres (a través de la Kering Foundation), me meto porque él quiere que me meta y porque sinceramente de eso sé mucho más. Porque esa compañía (Kering, antes PPR -el emporio de lujo que lleva marcas como Gucci, Saint Laurent y Alexander McQueen, entre otras) no había estado tan involucrada en los derechos de la mujeres antes. Ellos se dedican a la moda y al lujo. En asuntos de los derechos de las mujeres yo tenía 20 años de experiencia. Entonces cuando creamos la fundación, quedé en el board. Y claro que ahí no me callo, ahí no hay quien me calle (ríe de nuevo). Pero en lo demás casi no me meto. Le tengo mucha admiración a lo que hace pero no te puedo decir que una de mis características principales es el fashionismo.

Pero portarlo, no te veo que tengas ningún problema...

Ay digo "qué bonita la ropa y me la pongo", pero así que digas que todo mi día esté pensando en el vestidito, no. No se me da.

Hay una creencia o sensación en México de que personajes como tú, que cuando se van y tienen este éxito a nivel internacional, luego los ven acá como si se hubieran olvidado de México. Por un lado veo una crítica férrea y por otro un sentimiento de abandono...

Te agradezco mucho esta pregunta. La primera parte es que curiosamente todos estos mexicanos que nos hemos ido no estamos aislados. Además hay responsabilidad, cada vez que alguien trata de traer el nombre de México para abajo, contestamos y nos metemos. Sucede que en el pasado los que se venían... Rita Hayworth era mexicana pero se pintó el pelo de rubio, se cambió el nombre y no decía que era mexicana. Nosotros portamos el nombre de México con mucho orgullo. Pero también tratamos de superarnos y de seguir nuestra trayectoria personal, y yo pienso que lo mejor que podemos hacer por México es eso. Y así hemos roto estereotipos. Los últimos años los Oscares han sido para mexicanos. Cuando yo llegué aquí ni siquiera te aceptaban en las audiciones.

Y te quiero decir una cosa más sobre esto, porque es importante: hay gente que hace las cosas por imagen y a mí me gustan las estrategias que crean cambios de verdad. Por ejemplo, cuando empezó lo de Donald Trump yo no dije nada, no porque no quisiera, porque yo sabía que él buscaba la publicidad. Ya cuando se agarró toda la publicidad, ya dije algo, pero no lo he dicho todo, yo me lo estoy guardando porque yo soy estratega. Si gana, entonces lo guardadito lo saco más fuerte. Sin embargo, me siento con Hillary Clinton y negocio, "¿a ver qué nos vas a dar a los latinos?" Y eso no sale en la tele. Y ahora, nosotros somos artistas, no políticos.

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Pero tu voz suena. ¿Qué les dices o dirías a las élites del poder?

Es que es muy complicado. Yo te pudiera decir algo para responderte a lo mejor que suene inteligente pero... Ojalá tuviera las soluciones, y si las tuviera las pelearía. No tengo una cosa qué decir que sea honesta, que verdaderamente sirva. Sin embargo, hay muchas cosas que yo hago que no tengo la necesidad de estarlas anunciando. Por ejemplo, el Chime for Change (un movimiento que recauda fondos para niñas y mujeres de todo el mundo fundado por Salma y Beyoncé) trabaja con asociaciones en México. Llevo más de 10 años, y creo profundamente en ello, mandando dinero a México y Centroamérica para microfinanciamiento para mujeres. Tiene que haber como una evolución colectiva de principios. Es muy complicado todo esto. Yo trabajaba con una organización que se tuvo que mover de México porque una vez llegó la esposa de un político golpeada a refugiarse, y entonces los de la organización fueron amenazados de muerte.

Eres una verdadera guerrera por los derechos de las mujeres.

Mi mayor esperanza está en las mujeres. Espero que las mujeres de México eduquen una nueva generación de hombres...

Y de mujeres...

Y sí, hay muchas muy valientes que están dejándose ver ahora.

Y ANTES DE DESPEDIRNOS, SALMA INSISTE SOBRE NO HABER OLVIDADO A MÉXICO

"Y yo siento la misma cosa que dices tú, de que a veces somos racistas con nosotros mismos. Algunas veces la gente se conflictúa de ver que otras personas salen adelante. ‘Ah, pero de seguro porque tiene palanca'. Aquí no es de palanca, ¿eh? Luego, ‘bueno les fue bien pero se olvidaron de nosotros'. No se trata de si uno se olvida, sino que ellos se tienen que acordar de ellos mismos. Y de al ver que hay personas honestas, porque tampoco hay tantos, que salen adelante, les tienen que recordar que existe esa capacidad en ellos. Rebajando a los que lo logran es lavarse las manos de esa responsabilidad".

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