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Joaquín Sabina: Una noche para recordar

En la primera presentación de uno de los cantautores españoles más icónicos, no pudieron faltar ovaciones y sorpresas durante la velada.
sáb 02 mayo 2015 03:55 PM
En la primera presentación de uno de los cantautores españoles más icónicos, no pudieron faltar ovaciones y sorpresas durante la velada.
sabina En la primera presentación de uno de los cantautores españoles más icónicos, no pudieron faltar ovaciones y sorpresas durante la velada. (Foto: Fernando Aceves)
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Pasadas las 8:30 arribaron al escenario los músicos de Sabina, siendo Mara Barros y Pancho Varona los invitados especiales de una noche que colmó de dicha no solo a los fervientes seguidores del "flaco", sino a Joaquín mismo, quien entre anécdotas, chascarrillos e imágenes salientes de su mente deprimida, iluminarion el recinto del Auditorio Nacional.

La velada comenzó con "Ahora que", y por supuesto, para poner a todos los presentes a tono con la gira "500 noches para una crisis", qué mejor que interpretar "19 Días y 500 noches", tema que de principio a fin no dejó de sonar en todo el coloso de Reforma y cuyo álbum homónimo sirvió de pretexto para que "el perro andaluz" realizara una gira a manera de conmemorar los 15 años desde su lanzamiento.

Fue hace un año cuando Joaquín ofreció una íntima gira en foros pequeños del país, por lo que desde entonces buscó regresar a su tan querida Ciudad de México, y por supuesto el Auditorio Nacional, que en incontables ocasiones lo ha recibido con la mayor calidez y entrega: "Quiero decir que en todo esto, el azar, como en todas las cosas buenas de la vida, tiene muchísimo que ver", explicó, para luego relatar que en la época de 19 días y 500 noches cumplió sus primeros "Cuarenta y Diez", por lo que tuvo un ictus y se vio obligado a cambiar de amistades, dejando atrás a sus íntimos drogadictos de rock and roll para adoptar la actitud de un borracho poeta.

"Uno se enamora de determinados países y ciudades, pero siempre a través de la gente que uno conoce en esos lugares. Dedico el siguiente tema a tres personas muy importantes para mi acorazonado corazón mexicano. Noemí Cabrales, quien me enseñó lo mejor de Tijuana, que era ella; a Pablo Salazar, que me hizo enamorarme de Chiapas, y a Ricardo Rocha, que me abrió las puertas del México entero", es así como dio inicio a "Peces de Ciudad".

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Continuó con grandes piezas como "La Magdalena", "A mis 40 y 10", "Donde Habita el Olvido", y por supuesto, "Cerrado Por Derribo", esto mientras detrás se proyectaban dibujos móviles, de los cuales, explicó, fueron creados durante el año de su depresión en el que dejó la guitarra y se compró unos lápices para hacer "garabatos absurdos", mismos que ahora daban vida y adornaban con su belleza las pantallas del recinto al ritmo de su pequeño popurrí con "Noches de Boda" y "Nos Dieron las 10".

Tras una pequeña pausa, regresaron al escenario Pancho Varona y Mara Barros, quienes interpretaron "Conductores Suicidas" y "Noches Perdidas" respectivamente, para hacer de la velada algo más ameno.

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Al retorno de Sabina -quien dejó atrás su saco azul botella y sombrero de bombín negro, para sustituirlos por chaleco satinado oscuro y nuevamente sombrero de bombín, pero ahora en tono blanco-, se escuchó "Y Sin Embargo", de Mara, y "Y Sin Embargo", de Joaquín.

En el momento cumbre de la noche se escuchó al unísono con "Por El Boulevard de los Sueños Rotos", mismo que rindió homenaje a Chavela Vargas, cuya imagen junto con Sabina aparecía de fondo al escenario.

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Tras una pausa, la veintena de temas estaba por terminar, cuando luego de escucharse "Tan Joven y Tan Viejo", y versar "Contigo", las "Pastillas Para No Soñar" inundaron de una emotividad que culminó con "La Canción de los Buenos Borrachos", haciendo de esta, una noche para recordar.

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