Con siete meses de embarazo, la esposa del príncipe William fue llevada de urgencia al hospital tras presentar fuertes dolores abdominales y lo que parecía ser una adelantada labor de parto.
Se sabía que el embarazo de Kate Middleton era de cuidado pues la duquesa de Cambridge presentó, desde su primera experiencia como mamá, una rara enfermedad llamada Hyperemesis gravidarum, la cual acentúa los malestares comunes de toda embarazada.
Sin embargo, hasta el día de ayer la duquesa no había presentado complicaciones durante la gestación de su segundo hijo.
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"Kate estaba histérica. William no se encontraba en casa y ella estaba muy preocupada por el dolor que presentada", dijo una fuente cercana a la realeza a la revista Star.
Después de pedir ayuda a su equipo de confianza y ser llevada a un hospital de inmediato, a Kate se le hicieron varios estudios para determinar si se trataba de una adelantada labor de parto. "Las contracciones no son una señal de alumbramiento, pero pueden ser una señal de alerta, por lo que los doctores se estaban preparando para un nacimiento prematuro", dijo el testigo.
Al final, Kate se quedó toda la noche en observación hasta que los dolores fueron disminuyendo, y aunque no trascendió cuál fue el motivo de estos, lo cierto es que no se trataba de la llegada prematura del nuevo "bebé real".