La Duquesa de Alba, a un año de su boda, con más vitalidad que nunca
El próximo 5 de octubre se cumplirá el primer aniversario de la boda de la Duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, y el ex funcionario Alfonso Díez.
Un año ha pasado y la tormenta de críticas y comentarios que tachaban a Díez de oportunista ha cesado. Incluso su presencia ha traído calma y estabilidad a la familia, ganándose así, en silencio y sin presunciones, la aprobación de los hijos de Cayetana.
Con este marco, el diario El País publica el día de hoy en su versión en línea un balanace de este primer año de matrimonio, del cual Díez sale avante.
Este amor desde el inicio lanzó destellos de ser verdadero, pues para callar la ola de habladurías, Cayetana puso todo orden, repartió su herencia en vida y Díez rechazó el título nobiliario que le correspondía.
Desde su unión la vida de ambos ha cambiado "Él, de gestionar arreglillos en su mesa del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) y evadirse obsesivamente con el cine, ha pasado a fotografiarse con Tom Cruise y que le ofrezcan hacer crítica de películas en la prensa. Ella, de la silla de ruedas y la voz de pajarillo herido y susurrante quejándose de que sus hijos no la entienden ni la hacen caso, ha pasado a echarse un baile flamenco memorable en la alfombra que la llevó al altar y bañarse en las Baleares con bikini", escribe Jesús Ruiz Mantilla en su artículo.
Según la publicación, él ha sabido conducirse con discreción. Así, oculto y sobrio, ha destacado. "Ahora están encantados. Como sus amigas, completamente entregadas a su sentido del glamour discreto, su aire de lord muy acorde con su anglofilia y sus detalles incesantes. Hablan todos públicamente maravillas de él".
Incluso, "Comparado con los tonos en los que habitualmente se engarzan su amante esposa y madre, los hermanos, las nueras y los yernos entre sí, quien realmente parece aristócrata es Díez.
Aunque no todo ha sido claridad, éste ha sido un buen año para la pareja, pero especialmente pare ella, pues "ha recuperado su salud admirablemente y bien aconsejada por su marido -que la convenció cuando eran novios para someterse a una operación cerebral que le ha permitido recuperar la movilidad-, trota hoy por el mundo y sus posesiones con la difícil sencillez que todos reconocen en quien pese a todo es -no se me mareen- cinco veces duquesa, dieciocho veces marquesa, veinte condesa, vizcondesa, condesa-duquesa y condestablesa, además de ser catorce veces grande de España".
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