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Lana del Rey… la &#39Cenicienta&#39 trágica del Indie

A sus 25 años, Elizabeth Woolridge Grant ha probado la miel del éxito y la hiel de la descalificación y el odio de quienes alguna vez la encumbraron como favorita de la ola hipster.
jue 05 abril 2012 07:00 AM
A sus 25 años, Elizabeth Woolridge Grant ha probado la miel del éxito y la hiel de la descalificación y el odio de quienes alguna vez la encumbraron como favorita de la ola hipster.
Lana del Rey A sus 25 años, Elizabeth Woolridge Grant ha probado la miel del éxito y la hiel de la descalificación y el odio de quienes alguna vez la encumbraron como favorita de la ola hipster. (Foto: Lanadelrey.com)
En el verano del 2011, Lana del Rey lanzó el clip "Video Games" en YouTube, que la catapultó a la fama.
En el verano del 2011, Lana del Rey lanzó el clip "Video Games" en YouTube, que la catapultó a la fama.

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El príncipe, con look hipster, ofrecía una de las más atractivas coronas y un reino que no podía ser despreciado: el mundo entero, sin embargo, las hermanastras del cuento (los heaters), le jugaron a nuestra "Cenicienta" Indie una mala pasada, y le transformaron el sueño en calabaza, mucho antes de que el reloj marcara las 12:00.

Quizás el nombre de Elizabeth Woolridge Grant no dice mucho en el colectivo anhelado, conocido como fama, pero si lo cambiamos por el alías de la misma joven: Lana del Rey, la historia se antoja diferente, y aunque empezó como un "verdadero" cuento de hadas, ¿el adelantado final?, parece ser que no fue el esperado.

Érase una vez... Una niña, quien por rebelde fue forzada a entrar a un internado, una fuga, del callado pueblo (Lake Placid) a la bulliciosa "Gran Manzana", a los 18 años, en donde se matriculó en la Universidad, sin embargo, por no querer dar su brazo a torcer ante sistema ya implantado, claudicó por tener "intereses" muy lejanos a las aulas y más cercanos a los escenarios; la esperanza, esa "hada madrina", -bien conocida por Justin Bieber y más nacionales, Los Vazquez Sound-, el internet, apareció en el momento justo, para dirigir el relato, ¿a mejores derroteros?

En el verano del 2011, más precisamente en el mes de julio, Woolridge, -en su segundo intento, pues ya tenía en su camino un disco, que publicó en 2010: "Lana del Ray A.K.A. Lizzy Grant" (sí Ray, no es error de redacción), pero al no despertar interés, ella misma se encargó de retirar las copias del competitivo mercado del one hit wonder, ¿vergüenza o una estrategia de promoción digna de Philip Kotler?-, eligió a YouTube para su "segundo aire", con el clip "Video Games".


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El resultado, el esperado, de piel tersa, pelo ondulado rojo intenso, labios más que sensuales (dicen producto del colágeno, aunque ella lo niega vehementemente), maquillaje muy al estilo "L.A. Confidential"... una Diva de los 60, en pleno siglo 21, con una textura de voz áspera, sencillamente retro, una "Nancy Sinatra gangsta", como se autodefine, y lo mejor, con tan sólo 25 años, inmediatamente fue amada por los que se proclaman modernos, y la catapultaron a la fama con 20 millones de visitas.

Comenzó el esperado baile, con un galán de aires intelectuales, y que le dejó probar la miel del éxito, ella, exuberante pero no vulgar, comercial, pero paradójicamente alternativa si se le compara con Madonna o Lady Gaga. Con su bien canalizado triunfo, dirigido por su padre, una lumbrera en el MKT en internet, Lana lanzó, en enero, "Born to Die", ya como favorita de Kate Moss y David Cameron, el primer ministro de la Gran Bretaña.

Pero "todo lo que sube, tiene que bajar", y el temible backlash convirtió al imparable carruaje, en una triste calabaza, la oleada de odio se recrudeció tras la aparición de la intérprete en el icónico "Saturday Night Live", en el que su "Video Games", aplaudido por la particular entonación de Lana, protegida por sonidos vaporosos, guitarras hipnóticas y ritmos electrónicos, se transformó más bien en una melodía que llegó incluso a sonar desafinada, "puro bluff", dijeron aquellos que nunca la quisieron.

Incluso un tuit muy famoso, "la sacudió": "Era como ver a una niña de 12 años en su habitación haciendo ver que sabe cantar", posteó Juliette Lewis.


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El idilio terminó, su maravillosa leyenda no convenció del todo, por su aparente prefabricación, y el futuro se antoja incierto, aunque para algunos ya está escrito: "Sus letras parecen los pósits de una reunión de publicistas. El disco tiene melodías redondas y armónicamente ricas. Pero el personaje de Del Rey, independientemente de que sea auténtico o no, es tan inconsistente que se desvanece entre sus millones de fotografías", escribió el crítico Sasha Fere-Jones, del semanario The New Yorker.

Mientras que en El País, Carmen Mañana indicó: "En un mundo digital donde los trending topics tienen una esperanza de vida de 13 minutos, cabría preguntarse si Lana del Rey no se ha quemado antes incluso de madurar o si le quedan más de dos hashtags".

Por su parte, en El Mundo, Javier Blánquez enfatizó: "Lana del Rey aspira a lo guay, pero parece estar quedándose en camp con un futuro como referente kitsch, cutre. Esa podría ser su venganza. O puede sacar otro disco -sería ya el tercero- y comprobar, callando bocas, si es cierto aquello de que a la tercera va la vencida".

La moneda sigue en el aire, una nueva oportunidad de "despertar" al gigante que "volvió a dormirse", después del trágico fallecimiento de una Diva que parecía que llevaría al Indie al lugar que merece, Amy Winehouse, ¿puede aún ser posible?, Lana del Rey tiene la oportunidad de reconquistar con su nueva imagen de next door girl, quien vive en el sofá de su novio y dedica el tiempo libre en cuidar a los bebés de sus amigas, y si su éxito con su renovado look, continuará, el tiempo lo dirá...

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