Desde que se declaró la crisis sanitaria en México en marzo pasado, l os teatros han bajado su telón. Siete meses después, poco a poco los espacios escénicos retoman sus actividades pero con reducidos porcentajes de sus aforos. En medio de este contexto, el escenario virtual ha sido el gran respirador al que se han conectado los creadores teatrales.
Ante los ojos de Sophie Alexander Katz, su oficio es como un rompecabezas en el que el público es la pieza final que hace que todo se modifique noche a noche. “Sin esta pieza entonces esto está incompleto. El teatro realmente existe dificultosamente si no tiene esa última pieza que se forma todas las noches cada noche”.

Pero las circunstancias han empujado a explorar opciones en medio del confinamiento. Sin consenso aún de todos los teatreros, se ha empleado el concepto “teatro digital” para llamar a estas expresiones que provienen desde los realizadores escénicos pero que se desarrollan a través de la pantalla. “La tecnología, hay que ser conscientes de ello, se ha movido mucho más rápido que lo que emocionalmente estamos procesando los seres humanos” concluye la actriz y explica que, en ese sentido, el teatro es noble ya que sigue siendo un espejo de la realidad.