De película: La historia de amor de Paulina Nieto y el tenista Daniel Altmaier

La historia de amor de Daniel Altmaier y Paulina Nieto

Daniel se la pasa viajando la mayor parte del año, por lo que después de ese día pensaron que no pasaría a más, hasta que Daniel tomó la iniciativa y le escribió a Paulina por Instagram. Ella confiesa que al principio no le contestaba mucho: "Yo pensaba 'Ay, se la vive viajando y acaba de empezar una pandemia, obviamente nunca va a pasar nada'”.

Desde ese primer mensaje, comenzaron a hablar constantemente. Los mensajes pasaron a llamadas y las llamadas a FaceTime hasta que 3 meses después coincidieron en Miami, ya que él estaba entrenando ahí y ella iba de vacaciones con su familia. Ahí fue el comienzo oficial de su relación, y desde entonces se citaron en diferentes partes del mundo cuando podían coincidir. Siempre que Daniel podía venía a entrenar a México, específicamente a Acapulco, que se ha convertido en un lugar súper especial para ellos.

Pasaron los años, Paulina estudió la carrera de Inteligencia de Negocios en el Tec de Monterrey y Daniel siguió en el tour subiendo su ranking, pero, a pesar de la distancia, siempre hacían tiempo para verse. “Cada vez que podía tomaba el primer vuelo para ir a verlo. En la carrera me echaba todo el verano en el tour hasta entrar a la escuela otra vez. Muchas veces llegaba ese mismo día directo al salón, y movía mis faltas para poder ir a los torneos lo más posible,” cuenta Pau.

La próxima boda de Daniel Altmaier y Paulina Nieto

Y como toda buena historia de amor, no podía faltar el momento de película: el anillo. Fue en Alemania, en un castillo. Paulina no se lo esperaba para nada, sobre todo porque ya habían platicado que lo mejor sería esperar a que ella terminara la carrera. Pero como suele pasar en la vida, los tiempos se acomodaron y el amor tomó la delantera. “Me estoy casando, chica. Tengo 23 y Dani 26”, cuenta entre risas y emoción.

La boda será el 6 de diciembre en Cuernavaca, el lugar que la vio crecer y que ahora también será testigo del inicio de su nueva etapa juntos. A pesar de que Daniel viene de una cultura completamente distinta (alemán, de raíces eslavas y con una vida completamente internacional), la conexión con la familia de Paulina ha sido natural y muy cercana. “A pesar de que mis suegros no hablan inglés, nos llevamos increíble. Daniel es súper familiar y me llevo increíble con su hermana Evelyn. Toda su familia vendrá a México para la boda”. Del otro lado, la familia Nieto adora a Daniel y, siempre que pueden, viajan juntos a verlo jugar donde sea que esté. Él empezó hablando en inglés con ellos, pero hoy ya domina el español como todo un local.

Aunque Daniel tiene su residencia en Alemania, la realidad es que pasa más tiempo arriba de un avión que en su país. Tiene bases en Barcelona, Miami, Argentina y por supuesto, México, que, según ellos, será su base principal una vez casados. “Yo ya estoy lista para irme al tour de lleno”, dice Paulina.

Pero no todo es tan glamoroso como parece. Paulina es muy consciente de que la vida en el tour también tiene su lado complicado: soledad, cambios constantes y mucha presión. “La vida viajando suena increíble, pero es muy cansada. Lo más importante para mí es tener algo propio y, por suerte, trabajo en una empresa de logística que me permite trabajar desde donde sea”.

Ser pareja de un atleta de alto rendimiento tampoco es tarea fácil. “La carga emocional que traen ellos es durísima. Como pareja eres parte de su equipo: tienes que estar ahí cuando ganan, pero sobre todo cuando pierden. Tienes que saber que su día a día gira en torno a su preparación, su descanso, su comida. Todo. Y si tú no tienes lo tuyo, terminas viviendo sólo para ellos, aunque no sea intencional. Por eso es clave tener tu propio balance”.

Sobre el ambiente de las wags del tenis, Pau cuenta que aunque es un mundo un poco raro (porque al final todos los novios se enfrentan en la cancha), se ha encontrado con mujeres muy lindas y con varias latinas con las que ha hecho gran conexión, incluyendo a esposas de entrenadores y otras mujeres que viven lo mismo que ella.

Así, entre viajes, torneos, FaceTimes eternos, amor a distancia y planes compartidos, Paulina y Daniel han construido una historia que parece sacada del guión de una romcom… sólo que esta es 100% real y apenas va comenzando. ¡Felicidades!