“Todo esfuerzo tiene su recompensa” afirma un dicho popular, y uno de los primeros momentos que dan sentido a esas palabras son las graduaciones. Más que solemnes celebraciones de instituciones educativas, son marcas en el tiempo señalando el instante en que alguien se convierte en lo que se propuso ser.
Graduarse es el punto final de un ciclo impulsado por una meta personal, pero también es el inicio de un nuevo ciclo. Por ello, una graduación debe acompañarse de una gran celebración y de un gesto inolvidable.
Bulova suele estar presente en los eventos memorables, pero más allá de ser un detalle para resaltar un outfit, es un recordatorio de que, ante el paso imparable de los minutos, los hechos importantes suelen detener el tiempo para convertirse en recuerdos imborrables.
Una historia marcando el tiempo
Cada reloj de esta firma representa una tradición relojera que se remonta a 1875, cuando el esfuerzo de Joseph Bulova tuvo su recompensa al fundar su casa relojera y así convertirse en quien soñó ser.
Desde su fundación, la historia de más de 140 años de Bulova está cronometrada con recuerdos, instantes y anécdotas que, al marcar la vida de las personas, también transformaron el mundo.
Luchar por un sueño hasta hacerlo realidad es un reflejo de tenacidad, y ese logro siempre debe celebrarse. Esos instantes se convierten en las marcas que cuentan el paso del tiempo en la historia de personas únicas.