#Columna B You: ¿Devaluación de autoestima? ¡Recupérala!
Nota del editor: Bárbara Barragán es psicoterapeuta especialista en Análisis Existencial y Logoterapia. Ha encontrado su camino y sentido de vida acompañando a otros a encontrar el suyo. Atiende terapias en su consultorio particular, imparte cursos y talleres sobre Logoterapia; y es docente en SMAEL (Sociedad Mexicana de Análisis Existencial y Logoterapia) donde forman nuevos psicoterapeutas.
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Es muy común escuchar hablar de la autoestima: Que si la tienes alta o baja. Y seguramente más de una vez te han dicho que debes subirla. Pero, ¿cómo hacerlo? Y, para empezar ¿Sabes qué es la autoestima?
Como definición es aquel sentimiento de respeto, amor, aceptación y de valía que sientes por ti mismo. Consiste básicamente en una creencia o convicción de que tu vida vale y de que mereces ser feliz, partiendo siempre de la confianza de contar con los recursos suficientes para, justo eso: Ser feliz. Enfrentando los problemas de la vida y saliendo adelante de la mejor manera posible.
La autoestima empieza en tu mente, en tus actitudes y en una visión generalmente positiva de tu propia persona y de tu manera de afrontar las circunstancias. Es decir, la autoestima es una imagen sana y positiva que elaboras de ti mismo. Sin embargo, muchas veces no te evalúas de manera tan positiva y cuando tiendes a hacerlo de manera negativa generas lo que se conoce como baja autoestima.
La baja autoestima traerá sentimientos negativos entorno a ti, dando scomo resultado dolor, enojo, tristeza y muchas veces depresión, convirtiendo tu visión de vida como si estuviera devaluada y con un tinte bastante oscuro dejando sobretodo de confiar en tus propios recursos.
¿Cuándo y cómo se forma la imagen que tienes de ti mismo?
La imagen de ti mismo se forma principalmente en la infancia; ahí está la base de la autoestima. Cuando eres niño eres como esponja, absorbiendo todo lo bueno y malo, sin mucha capacidad para saber distinguir y elegir qué sí y qué no, tampoco tienes las herramientas necesarias para protegerte del medio ambiente que te rodea del cual recibes mensajes que influyen en la construcción de tu propia imagen.
Con lo anterior experimentas una sensación de bienestar o malestar contigo mismo, lo cual influye en tu desarrollo integral y en el funcionamiento de todas tus relaciones interpersonales a lo largo de tu vida.
En la adolescencia, la autoestima continúa su crecimiento y formación; es un momento clave de reconstrucción si es que comienzas a tomar conciencia de que puedes trabajar con tu propia estima e imagen.
El tiempo de reconstrucción no se agota. Siempre es posible modificar la visión que tienes de ti mismo, aprender a reconocer tus propios recursos y confiar en ellos para vivir; sintiéndote sobre todo merecedor de la construcción de tu propia felicidad.
Lo que sucede día a día, claro que influye en tu estado de ánimo, así como las personas que te rodean, entre muchos otros factores. Sin embargo, al tomar conciencia de que eres responsable de restaurar tu autoestima podrás entonces recuperarla.
¿Cómo recuperar tu autoestima y comenzar a reconstruirla?
Lo primero será darte cuenta de que necesitas modificarte, cambiar y trabajar en ti mismo. Sólo desde el darte cuenta podrás comenzar a comprenderte y perdonarte, del mismo modo a las personas que te influyeron en la mala construcción de tu imagen, es decir, tienes que comenzar a sanar a tu niño herido interior, desde el adulto que hoy eres.
Tienes también que ejercitarte en desaprender lo negativo, pare entonces reemplazar esas ideas por nuevas y positivas. No le temas a ser más auténtico, a ser más tú, aquel que siempre has querido ser.
Es muy importante abandonar el papel de víctima o mártir, dejar de vivir como "manejado" por la vida y entender que nada de lo que sucede en la vida es pesonal. Y recuerda que todo, absolutamente todo pasa.
Tu tarea esta semana será crear tus propios mensajes de autoestima, comprometerte a trabajar en ellos y sobre todo ten paciencia para el cambio.
- Elabora frases que partan desde el reconocimiento de los puntos positivos que descubras en ti, o de los que quieras mejorar. Estas máximas deben ser escritas en presente y positivo.
- Debarás repetirlas como si fueran un mantra, y varias veces a lo largo del día para que comiences a modificar tu pensamiento y crear un nuevo hábito.
- Por ejemplo: " Soy paciente", "Soy amable". Como te mencioné, lo repetirás a lo largo del día y te comprometerás a actuar de esa forma para que no sólo se queden en palabras, hasta que poco a poco lleguen a integrarse en tu forma de ser. Entonces, verás cambios en tu forma de actuar.
- Cambia de frase cuando creas necesitar una nueva, recuerda que todo es cuestión de aprender.
- Repite este ejercicio todos los días, no te quitará tiempo.
Por eso es muy importante recordar la frase del escritor y orador motivacional estadounidense Zin Ziglar: "La persona más influenciable con la que hablarás todo el día eres tú. Ten cuidado entonces con lo que te dices a ti mismo".
Aprende a tomar todo de quién viene y cómo viene.
Aprende a reírte de ti mismo.
Aprende a que hay cosas que no son demasiado enserio y por tanto no les des esa importancia. Aprende a reconocer tus errores y aprende de ellos.
Aprende a reparar las ofensas cometidas.
Trázate pequeñas metas y avanza.
Elige actividades y amigos que te hagan crecer.
Ayuda a la gente necesitada.
Vive mucho más conciente de tus días haciéndote responsable. Es momento de re-programar tu vida como quieres vivirla.
Son esas pequeñas acciones y cambios los que te ayudarán a mejorar tu calidad de vida y la forma de verte a ti mismo.
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