Más vale solas… que casadas con un político

Usualmente la definición de "político" es clara: aquel hombre encargado de una función pública por el bien común, elegido por los ciudadanos de su distrito para representar un cargo dentro de la administración gubernamental. Lo que nadie les dijo a estas mujeres es que en esa misma descripción, en letras pequeñas, cursivas y de tinta casi translúcida, también se alcanza a leer: "rata de dos patas".

- Maria Shriver, mejor conocida como "qué difícil es encontrar a un ama de llaves de confianza", descubrió que su propio Terminator gobernaba algo más que California... el corazón de la muchacha que limpiaba su casa.

Luego de renunciar a su propia carrera en el 2003 cuando su marido, el mismísimo Arnold Schwarzenegger tomara posesión de su cargo político, Maria se vio envuelta en el escándalo más grande desde Tiger Woods luego de que el austriaco que le jurara amor eterno saliera del clóset como el padre de un niño de 14 años, hijo de Patricia Baena, mujer que se encargaba, irónicamente, de lavar los trapitos sucios de la familia... literal. No pasó mucho tiempo, claro, para que Shriver se amarrara los pantalones y se decidiera de una vez por todas a decirle "Hasta la vista Baby" a Conan el Infiel.

- Hillary Clinton, mejor conocida como "la Primera Dama... pero no la última" se mantuvo fiel a su marido, a pesar de que toda una nación de amantes de la monogamia pedía su cabeza en bandeja de plata.

Fue en 1998, durante la administración Clinton, cuando una impropia relación entra una interna de la Casa Blanca, de nombre Monica Lewinsky y el Presidente de los Estados Unidos se diera a conocer gracias a unas grabaciones realizadas por Linda Tripp, la confidente de secundaria de la joven de 25 años que disfrutaba de algo más que sólo admirar el---monumento a Washington. A pesar de que Bill Clinton aceptara frente al mundo entero haber tenido un amorío con Lewinsky (luego de negarlo una y otra vez hasta hacer parecer a Pedro y sus tres veces un lapsus brutos), la buena Hillary permaneció a su lado en las buenas y en las malas bajo el lema de toda esposa bien portada nacida antes del siglo XIX, "ojos que no ven, corazón que no siente."

- Jackie Kennedy, mejor conocida como "los caballeros las prefieren rubias", se vio resignada ante la inevitable infidelidad masculina, no tanto por mera aceptación de su papel como Primera Dama, pero por puritita herencia genética.

Parte de una larga dinastía de mujeres Kennedy "cornadas" por sus maridos (lista a la cual, también podríamos agregar a Maria Schriver, miembro lejano de la familia), Jackie -en su momento- Onassis le soportó una y otra infidelidad a su galán esposo con nombre de aeropuerto JFK, hasta llegar al punto en que su amorío con la actriz Marilyn Monroe parecía ser conocido por todo Estados Unidos, menos ella. Reina del estilo y la paciencia, el nombre de Jackie Kennedy ha tenido que pasar por peores arrastradas que una "canita al aire" de John... ¿qué tal el hecho de que ahora se ve interpretada en la pantalla chica por Katie Holmes? Aceptémoslo, hay cosas que duelen más que compartir a tu Presidente con la rubia de la coladera vaporosa.

- Veronica Lario, mejor conocida como "la chica del arrivederci", pidió divorciarse en el 2009 de su primer ministro marido, Silvio Berlusconi, luego de acusarlo de la manera más pública posible de tener relaciones con una menor de edad.

Sí, todo mundo ha oído hablar del líbido italiano, pero Berlusconi lo llevó a otro nivel luego de que, tras ser "agarrado con las manos en la masa" no en uno, no en dos, pero en varios idilios amorosos prohibidos, declarara: "Siempre será mejor estar atraído por hermosas niñas que ser gay." Veronica Lario saltó justo a tiempo del barco en hundimiento, pues apenas el año pasado, el Primer Ministro italiano se vio envuelto en un escándalo sexual que, como buena película de Humphrey Bogart, incluía las exóticas tierras de Marruecos, euros por un trabajo bien realizado y una bailarina de 17 años de nombre "Ruby".

- Gloria Cain, mejor conocida como "let it snow, let it snow, let it snow", vio sus sueños de convertirse en Primera Dama derrumbarse luego de que su esposo se viera obligado a retirarse de la carrera presidencial tras la exposición de un amorío extra marital de más de 13 años y una que otra acusación por acoso laboral... cosita de nada, diría Charlie Sheen.

Herman Cain, ex candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos tomó demasiado literal el consejo, "crea fama y échate a dormir", pero, quizás por un severo caso de dislexia, primero se echó a dormir... con una que otra empleada (al menos lo intentó) y luego nació su fama. Su fiel esposa, Gloria permaneció hasta el final a su lado, incluso grabando a dueto con su marido un tierno villancico navideño para Internet, con el propósito de demostrarle al mundo que, con o sin Casa Blanca, Santa Claus no iba a poner a Cain en su lista de "naughty children".