Carmen Gil y Bárbara Espejo, `Tejen la vida´

Todo comenzó cuando Carmen recibió una llamada de una amiga, la cual le pidió que la acompañara a una asociación donde ayudan a mujeres, dos años más tarde, Carmen iniciaría el viaje que le ha cambiado la vida.

Desde el 2009, Carmen y Bárbara tienen un programa para ayudar a mujeres desamparadas llamado "Tejiendo una Vida", donde les imparten clases de tejido para después crear muñecas, ropa, etc.

"Me invitaron a una terapia para mujeres desamparadas y yo pensaba, ¿Cómo las puedo ayudar? Y se me ocurrió enseñarles a tejer, porque eso es lo que yo sabía hacer", relató Carmen.

Las pruebas de la clase de tejer comenzaron en casa de Carmen, ella le enseñó a su nana el arte del estambre, para que más adelante pudieran compartirlo con las demás mujeres.

En febrero del 2009, Bárbara Espejo conoció el proyecto y se enamoró, lo cual sirvió para crecer una nueva red de ayuda que se venía desarrollando.

En junio de ese mismo año, el grupo de tres, subió a 15 mujeres, todas trabajando en un cuarto en el Centro de Ayuda para la Mujer.

"Parecíamos nómadas, en mi ccoche tenía estambres, en mi casa tenías que brincar entre todas las cosas, hasta que mi esposo me dijo que lo mejor era buscar un lugar más grande", platicó con una sonrisa Carmen.

Ese mismo año, la suerte les sonrió, la tienda Rapsodia conoció el programa "Tejiendo una vida" y encargó una línea exclusiva para venderla en sus establecimientos.

"Ese fue el momento donde le dijimos a todas las mujeres que esto era un trabajo y que iba en serio", agregó Bárbara.

Todo comenzaba a tener orden, hasta que Bárbara y Carmen platicaron con un ginecólogo y se dieron cuenta, que tenían que apoyar a las mujeres mediante un cambio más profundo, la educación.

"La mayoría de las que están aquí, son mujeres embarazadas desamparadas, que viven situaciones muy complicadas", platicaron las fundadoras.

Por ello, comenzaron con clases de autoestima, terapias psicológicas, una nueva formación de valores, entre otras cosas.

Tejiendo una vida tiene como objetivo, formar mujeres que sean agentes de cambio, fomentarles el hábito del trabajo, mejorar la calidad de vida de sus hijos y en caso de parejas, también.

Desde su comienzo, Bárbara y Carmen se han asegurado del bienestar de cada una de las mujeres que laboran, por lo mismo y en palabras de las mismas presidentas, han tenido la fortuna que muchas empresas particulares las apoyen con alimentos, vestimenta y hasta tratamientos médicos.

Cada pieza está elaborada con materiales de primera, así como toda la buena disposición y voluntad de las personas.

"Nosotras pensamos que en esta fundación ayudaríamos a muchas mujeres, pero la verdad es que ellas nos han hecho comprender lo que de verdad vale en esta vida", finalizaron Bárbara y Carmen.

Los productos de Tejiendo una vida, se pueden encontrar en bazares, tiendas departamentales y en boutiques Rapsodia, donde hay una línea exclusiva.

www.tejiendounavida.org