Durante su gira oficial por Rusia, Charlene de Mónaco regresó a la piscina pero no para competir, sino para regalar una clase de natación a un grupo de niños.
La princesa monagesca, quien representó a la selección de Sudáfrica en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000, se mostró emocionada en el complejo deportivo Olimpiysky en Moscú y sin ningún miedo a perder el glamour.
A pesar de haber abandonado las competencias en 2007, Charlene parece que no ha olvidado su pasión por el deporte. Protagonista de tiernas imágenes, enseñó a los niños los movimientos necesarios para el nado de mariposa y cómo impulsarse desde la orilla.
Su pasión por la natación ha llevado a la princesa a impuslar a través de su fundación el aprendizaje de la disciplina y el de la seguridad en el agua. "Enseñarlos cómo nadar puede salvar su vida y hacerlos sentir más seguro de sí mismos", se lee en el sitio de su fundación.
Charlene llegó a Rusia para una gira de tres días del brazo de su esposo Alberto de Mónaco, quien fue invitado al país por el presidente Vladimir Putin. Además de asistir a diversos compromisosrelacionados con el Comité Olímpico Internacional, la pareja tuvo un encuentro con el patriarca ortodoxo Kiril.