El despliegue de un dispositivo adicional para asegurar el bienestar del pequeño George se explica por la hipotética falta de recursos de seguridad que afecta a la zona donde se instalarán el príncipe Guillermo y su esposa durante su período de descanso, un amplio terreno de más de ocho mil hectáreas en plena área rural del país que a partir de ahora necesitará estar vigilado en todo momento. Por ello, las autoridades del condado de Norfolk se disponen a iniciar en estos días un exigente proceso de selección que estará abierto tanto al personal policial de la zona como a otros agentes destinados en cualquier punto del país.
"El proceso de reclutamiento está a disposición no solo de los agentes que residan y trabajen aquí, sino que cualquier miembro de los cuerpos de seguridad del país puede solicitar una de las plazas que se ofertan", aseguró al diario The Sun un portavoz del cuerpo de policía de Norfolk.
La propiedad de la que disfruta la familia real en Sandringham está dotada de 10 dormitorios que proporcionarán a Guillermo, Kate y su bebé espacio suficiente para instalarse y acomodar a su equipo de asistentes durante el tiempo que estimen oportuno, aunque también podría dar al príncipe la oportunidad de buscar un nuevo destino profesional. Teniendo en cuenta que su período de entrenamiento como piloto de rescate en Gales termina este mes de septiembre, Guillermo podría solicitar una nueva plaza en la cercana base militar de Wattisham (Suffolk) y, de paso, estar así más cerca de su hermano Enrique, quien está precisamente destacado en ese cuartel.
cd