El pasado futbolero de Rodrigo Imaz, el hijo artista de Claudia Sheinbaum
Antes de entrarle a las artes, Rodrigo Imaz, “primogénito” de Claudia Sheinbaum, fue invitado a ser futbolista, e incluso le ofrecieron un contrato para ser profesional
La jefa de gobierno de la CDMX tiene una gran relación con Rodrigo, hijo de su anterior esposo, Carlos Imaz (Instagram/Claudia Sheinbaum)
Caleb Torres García
Si Rodrigo Imaz no hubiera estudiado Artes Visuales en la UNAM, quizá Claudia Sheinbaum tendría un hijo en las canchas de la primera división de futbol mexicano, pero el artista de 40 años prefirió seguir su instinto y continuar por el camino de la creatividad.
Rodrigo Imaz Alarcón es en realidad hijo del ex esposo de Sheinbaum, el perredista Carlos Imaz Gispert y su primera esposa, Sandra Alarcón. Imaz y Alarcón se divorciaron cuando Rodrigo era muy pequeño, por lo que Claudia lo crió como propio cuando se casó con el también político, en 1987.
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Rodrigo Imaz, el hijo de Claudia Sheinbaum, pudo ser futbolista
La relación de la ex jefa de gobierno y su hijastro siempre ha sido muy buena, incluso después del divorcio con Imaz Gispert en 2016, tras casi 30 años de matrimonio. La servidora pública lo considera su hijo y siempre ha estado cercana a él, sobre todo tras la noticia de que se convertiría en abuela.
Rodrigo Imaz Alarcón(rodrigoimaz.com)
En una entrevista para uno de los espacios noticiosos de ADN 40, el artista visual contó que hace algunos años le ofrecieron un contrato en la ciudad de Puebla para decidirse al futbol como profesional, algo que si bien le emocionó, no lo convenció del todo.
“Eso no me generó ninguna certeza, al revés, me generó muchas incertidumbres y eventualmente decidí no seguir ese camino, por lo que estudié artes visuales y me dediqué a producir arte”, explicó Rodrigo, nacido en septiembre de 1982.
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La carrera de Rodrigo Imaz
Además de estudiar en la UNAM, el hijo de Claudia Sheinbaum realizó una maestría en Práctica Artística, en Valencia, España (con mención honorífica) que ha complementado con su paso por el Centro Universitario Estudios Cinematográficos (CUEC-UNAM) y distintos programas de becas para estudios en el extranjero de Fundación Jumex y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.
Claudia Sheinbaum y Rodrigo Imaz(Instagram, Claudia Sheinbaum)
Pero su paso por las canchas y su gusto por el futbol no quedaron como un sueño frustrado. Todavía domina el balón y de hecho lo ha integrado a su trabajo como artista, como se puede ver en su más reciente instalación “Balón ponchado'', la cual fue expuesta en 2002 en el patio del Palacio de Autonomía de la UNAM.
“Esta exposición, de alguna manera es el resultado o hace referencia a ese periodo de vida. Básicamente lo que hago es rescatar balones que están ponchados y convertirlos en receptáculos para plantas y macetas”, mencionó Rodrigo en la entrevista.
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La muestra, dice el creador, alude a que el juego no termina cuando se poncha un balón, sino a que todavía se puede sembrar y seguir. “¿Esas circunstancias de tu vida y ese miedo sembró en ti la necesidad de convertirte en lo que hoy eres?", le preguntó la entrevistadora, a lo que Alarcón Imaz respondió que sí.
Claudia Sheinbaum y su hijo Rodrigo Ímaz, quien pronto lo convertirá en abuela.(Instagram/Claudia Sheinbaum)
Rodrigo contó que sufrió lesiones cuando jugaba, pero que finalmente piensa que tomó una buena decisión al dejar el deporte, aunque confiesa que no sabe si habría tenido una carrera feliz en el futbol profesional. “El punto es que hay caminos que uno toma, igual cuando uno está jugando futbol, y hay decisiones que uno tiene que tomar, y estas variables van determinando el rumbo de las cosas y el juego. En este caso, la exposición hace referencia a todo eso”.
Los balones fueron recolectados por Rodrigo por más de 10 años, porque además le gusta la idea de reciclar, reutilizar y transformar. “Las circunstancias nos orillan a cambiar de pronto de rumbo, a tomar decisiones distintas y creo que algo que es muy importante para el arte es el cambio y la transformación. Al final creo que nos da miedo el cambio y creo que la exposición apela a eso”, finalizó el también cineasta.
