Hace 50 años parecía impensable que una mujer fuera la encargada de encender el pebetero olímpico, sin embargo México demostraría que sólo una atleta tenía la fortaleza y velocidad para lograrlo. Así fue como Enriqueta Basilio trascendió en la historia mundial.
Calificada a los Juegos Olímpicos de México 1968 en las pruebas de 80 metros con vallas y 400 metros planos, Queta, nacida en Mexicali, Baja California, conquistó no sólo su sueño, sino el de millones de mujeres y, desde entonces, su vida ha estado ligada al deporte y a romper barreras.