El proceso de tie dye se remonta a los años 70, la época del Flower Power, Woodstock y otros temas icónicos, que nos llevan a esta divertida forma de mezclar colores, misma que tiene sus grandes secretos.
La diseñadora Daniela Cassab se dio la tarea de explorar durante meses esta tendencia, haciendo varias pruebas en las pieles para que dieran el resultado con la calidad óptima que siempre maneja.
“Aquellos que observamos el proceso, pensamos al principio que quizás se haría con algún tipo de liga, así como se hacen las camisetas tie dye, aunque para nuestra sorpresa el método es muy distinto, es todo un arte”, añadió Daniela.
Las pieles se curan como en cualquiera de las prendas de Dan Cassab, después se van pintando una por una. Posteriormente se deja secar, y con cuidado extremo se pinta encima el otro color hasta conseguir el acabado perfecto.
A simple vista pareciera que están hechas con una máquina o quizás hasta con una computadora, de tan parejas que quedan, sin embargo están construidas una a una con gran amor y cuidado por la familia de artesanos que realizan estas maravillosas piezas de arte.