El Racó 100% catalán
El chef Alfonso Cuevas escogió el lado menos concurrido del Parque México para establecerse en un agradable local que parece más pequeño de lo que es. Este rincón -como lo dice su nombre en catalán- no se llena mucho y quizás lo has pasado sin ver mil veces ya que la decoración no es nada especial. Con la cocina al centro, se ocultan las mesas del fondo que le dan privacidad a los sibaritas que aquí concurren.
Las entradas, en su mayoría salteadas en aceite de oliva, tienen como constante un toque dulzón. Por ejemplo, las setas maceradas con ajo y un toque de foie gras son espectaculares; el sabroso saladito-cárnico, permite potenciar el sabor de los champiñones y los ejotes. Los camarones siempre se agradecen y la guarnición de jamón serrano se puede enriquecer con un plato de pantomate. Aunque dan ganas de pedir otra vez lo mismo, vale la pena seguir la exploración.
La oferta es cucina de mar i muntanya, por eso uno de los platos de la casa es el huachinango a la sal con verduras a las brasas. Conclusión, nunca tuvo tanto sabor un pescado.
Para gustos carnívoros está el confit de pato al oporto con ciruela pasa y uvas, algo como un coq au vin reloaded y de pato. Como es de esperarse los sabores son muy intensos, profundamente dulces y aromáticos. El oporto se le mete al pato hasta los huesos. Reserva un pan, lo necesitarás para limpiar el plato.
Ya con el colesterol al tope, un platillo para ir al paraíso de placer son las lonjas de foie salteadas con higos. De presentación más bien minimal, son rebanadas de puro hígado de pato con un abanico de sabores frutales conformado por moras del bosque, rebanadas de manzana verde con un acidito coulis de fresa y finas rebanadas de papa al horno para neutralizar la intensidad entre bocado. Éstas son sólo algunas de las razones para repetir la experiencia.
Para los postres se necesita una reseña aparte. Primero para los “no postreros”, el premio mayor Cor de mel i mató, de lo más sencillo y a la vez sofisticado, pocas veces se ha visto una combinación tan acertada de requesón, miel, almendras y frutos del bosque; no apta para envidiosos. Para el resto, de gusto mucho más dulce, está la crema catalana con una costra de caramelo perfectamente sopleteada y crocante; dentro la crema permanece fría con un rico toque de naranja y canela.
La lista de vinos es muy limitada. En especial, cuando se trata de caldos catalanes, destacan algunos Priorato, unos cuantos Penedés e incluso un Costers del Segre, interesante vino de la provincia de Lerida sobre el río Segre.
Info
Dónde: Sonora 174, frente al Parque México.
Tel: 5286-2188
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