Precio psicológico:
El fin de los precios psicológicos es hacer que el precio parezca menor que la siguiente cifra redonda, por ejemplo $89.99 en lugar de $90. Con esto, las marcas buscan despertar emociones y generar cierto impacto en el consumidor incitándolo a comprar.

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Efecto anclaje:
Esta estrategia funciona como una especie de ancla, de ahí su nombre. Su propósito es hacerte sentir que estás frente a una oportunidad de ahorro aunque no sea así. Imagina que vas caminando por el centro comercial y pasas frente a una tienda, ves una camisa y notas que el “precio original” está tachado pero es visible, abajo está el “nuevo precio” lo primero que piensas es: no puedo dejar pasar esta oportunidad y decides comprar. La pregunta es, ¿De no ver el “precio original” y sentirte frente a una gran oferta hubieras realizado esa compra?