Este día, los primeros yates comenzaron a llegar a Venecia para la boda del magnate de Amazon, Jeff Bezos y su prometida, la periodista Lauren Sanchez.
Actualmente, al menos cinco yates navegan por Venecia con numerosos invitados a bordo. La ciudad ha sido objeto de estrictas medidas de seguridad para la celebración, que tendrá lugar en distintos puntos, entre ellos la icónica basílica de San Giorgio.
Entre las embarcaciones que más destacan, está el más grande de todos, el Koru, propiedad de Jeff Bezos, el cual será uno de los escenarios de la boda, que desde hace meses se anuncia como una de las más espectaculares y controversiales.
La boda está prevista para llevarse a cabo del 24 al 26 de junio, sin embargo, medios estadounidenses aseguran que se cambiaron las fechas del 26 al 28. Entre los invitados que Bezos y Sanchez tienen contemplados están unos 200 personajes de élite, entre los que destacan; Oprah Winfrey, Leonardo DiCaprio, Kim Kardashian, Ivanka Trump, solo por mencionar a algunos.
No obstante, las celebraciones comenzaron con una fiesta de espuma en la cubierta del Koru: Bezos y su prometida, Lauren Sánchez, en burbujas junto a amigos cercanos, dando el inicio oficial a un evento que promete ser histórico.
Para el tercer hombre más rico del mundo, el presupuesto no es un tema complicado. De acuerdo con medios italianos, para su boda, Jeff Bezos gastará entre 10 y 25 millones de dólares.
Por su parte, Lauren Sánchez, tiene planeado hacer hasta 28 cambios de vestuario a lo largo de los tres días de festejos. Según el diario Il Gazzettino, el vestido principal de la ceremonia lleva la firma de Oscar de la Renta, aunque también participan casas de moda como Dolce & Gabbana y Galia Lahav.
El alcalde Luigi Brugnaro defendió el arribo de la boda millonaria: “Venecia está orgullosa de ser escenario global”, dijo. Además de que aseguró que los beneficios superaban cualquier molestia.
Pero fuera de los focos, movimientos de personales locales como “No Space for Bezos” denunciaron que la ciudad parece rentada por las élites. Activistas amenazaron con bloquear canales usando botes y flotadores, alegando que la mega fiesta simboliza el descaro del turismo de élite.
El plan original contemplaba una ceremonia en la histórica Scuola Grande della Misericordia, aunque por razones de seguridad y las constantes protestas, se optó por trasladarla al área del Arsenale, un sitio más controlado.
Como parte del gesto simbólico, la pareja pidió donaciones a organizaciones venecianas en lugar de regalos de boda. Bezos anunció contribuciones a proyectos de restauración y sostenibilidad, mientras que Greenpeace desplegó una pancarta gigante con el mensaje “paga más impuestos” ante el Palacio Ducal.
