Muere Celso Piña a los 66 años

El cantautor murió hoy, en un hospital de Monterrey, víctima de un paro cardiaco
Celso Piña. (Photo by Omar Vega/Getty Images)

Celso Piña, considerado como el pionero de fusionar sonidos tropicales con géneros populares como el norteño, hasta el sonidero, ska, reggae, hip-hop y rap, entre otros, murió hoy en el hospital San Vicente de Monterrey, Nuevo León, a donde ingreso víctima de un infarto del que ya no logró sobreponerse.

A Piña también se le conoció con el mote de "El Rebelde del Acordeón", también como el "Cacique de la Campana" o desde que se dio a conocer la noticia de su muerte, en redes sociales le nombrado como "El Que Va con Dios". La encargada de dar a conocer la muerte del cantante fue su sobrina Bety Piña a una estación de radio local.

Piña, quien nació el 6 de abril de 1956 empezó tocando música regional acompañado de sus hermanos Eduardo, Rubén y Enrique, dando serenatas en el barrio a todas las chicas, pero fue en el año 1980 cuando recibió de su padre su primer acordeón, lo que le permitió introducirse de lleno al mundo de la cumbia.

A mediados de los 80, Piña decidió cambiar su estilo musical y comenzó a tocar música tropical. Después de escuchar a Aníbal Velásquez Hurtado y Alfredo Gutiérrez durante un baile de cintas, entró de lleno a la cumbia mexicana formando su propia agrupación llamada Celso Piña y su Ronda Bogotá.

Celso Piña fue un autodidacta del acordeón puesto que no asistió a ninguna escuela de música, y solo a base de tocar y ensayar una y otra vez fue que formó su propio estilo. De sus primeros inicios destacan varias cumbias como La cumbia de la paz, El tren, Como el viento y su muy afamada versión de La piragua.

El músico protagonizó en 2012 su propio documental, Celso Piña: El rebelde del acordeón, dirigido por Alfredo Marrón Santander, en el que se indaga el surgimiento de los sonideros y la gran popularidad de la cumbia colombiana en La Indepe, el barrio bravo de Monterrey en el que Celso creció y donde fue el primero en interpretarla en vivo en bailes y fiestas familiares hasta llegar a una fusión de ritmos que incluso puso a bailar al mismísimo Premio Nobel, Gabriel García Márquez.