El Barítono Alfredo Daza enfrenta el reto de Bellas Artes

Platicamos con el barítono Alfredo Daza de su participación en los recientes montajes del Palacio de Bellas Artes.
En el camerino del palacio de Bellas Artes con Alfredo Daza

Si a al barítono mexicano Alfredo Daza, le hubieran dicho que protagonizará dos óperas de Verdi en el Palacio de Bellas Artes, no lo creería. Su carrera estuvo a punto de dar su nota final cuando, en abril de 2017, unos asaltantes lo atacaron en Berlín, dejándole una fractura en la rodilla y un derrame cerebral que puso en riesgo sus posibilidades de volver a los escenarios.

Un año y medio después de este trágico evento, Alfredo se encuentra en medio de una temporada en la que encabeza las puestas en escena Macbeth y Stiffelio con la Compañía Nacional de Ópera que tienen funciones en el máximo recinto cultural de México.

Un tour de force, así es como Daza define a esta experiencia, pues ambos personajes requieren de una preparación vocal específica y de una calidad interpretativa particular. “Mantener un equilibrio entre lo vocal y lo histriónico,” dice que aquí radica en esencia el reto. Si bien, la partitura exige una participación concisa de las notas, el dramatismo de los personajes podría llegar a afectar la afinación.

Pero para Alfredo, estos personajes no son del todo ajenos. En Alemania formó parte del estreno de la versión de 1847 de Macbeth, la misma que habita ahora en Bellas Artes. Por esta razón no le fue tan complicado introducirse en este proyecto que contempla una corta temporada.

En ese sentido, el cantante originario de Puebla, nos cuenta que muchas veces los músicos no aceptan estos proyectos de corta duración ya que consideran que la preparación es extenuante, compleja y demandante, por lo que consideran, no vale la pena. Pero para él, esta es una oportunidad única. “Yo soy un enamorado de la ópera y un enamorado de Verdi. Muchas cosas se hacen por amor al arte.”

Alfredo Daza se prepara para el escenario

De pie

Una noche en Berlín, unos asaltantes sorprendieron al barítono. Lo agredieron ocasionándole una fractura en la pierna que lo mandó al hospital donde tuvo un derrame cerebral. Los médicos en ese momento fueron poco optimistas respectos a sus posibilidades de volver a los escenarios.

Aquel episodio traumático, logró capitalizarlo e integrarlo a su desempeño sobre el escenario. Con solo la lectura de la partitura se aprendió el papel de Zurga de la ópera Los Pescadores de Perlas de George Bizet, que estrenaría en la Ópera de los Ángeles, dirigido por el maestro Plácido Domingo y compartiendo créditos con el tenor Javier Camarena y la soprano Nino Machaidze. Cuenta que a este montaje subió al escenario con el bastón que entonces utilizaba y lo utilizó a su favor para resaltar el perfil atormentado de su personaje a través de la discapacidad física.

Incluso, cree que esa pausa vocal a la que se vio obligado, le sirvió para descubrir otros matices de su voz, la cual, ahora resuena entre las paredes del Palacio de Bellas Artes. “Afortunadamente puedo seguir cantando y puedo seguir actuando que son las dos cosas más importantes para mí.”