AISLINN:
¿Qué es lo que más te gusta de LA?
Los Ángeles es una cosa muy extraña, tiene de todo un poco. Se adapta 100 por ciento a tu personalidad, porque tiene la parte súper hippie, relajada, de vida bohemia y también tiene una parte muy glamourosa, Hollywood y business.
Depende del mood en el que estés o el mundo en el que te muevas, encuentras siempre en dónde encajar.
¿Que tan diferente es a la Ciudad de México?
LA tiene otro ritmo, muy distinto, con el que me identifico más. Mucho más pausado, más lento. En México haces 10 cosas en un día y aquí haces dos. Los Ángeles te obliga a estar en el presente. En México puedes ser más productivo, pero aquí disfrutas más la vida, ir poco a poco. Desde que estoy aquí me dan ganas de escribir, leer, pintar, cosas que en México no me da tiempo hacer.
MAURICIO:
¿Cómo empezó tu historia con LA ?
Viene desde los 16 años, cuando llegué haciendo un show de comedia. Para mí trabajar en el backlot de Universal Studios fue lo máximo y me enamoré de la ciudad. Sabía que eso quería hacer el resto de mi vida. Mi conexión fue inmediata, dije "algún día voy a regresar". Regresé a estudiar actuación, hacía castings y hasta fui mesero. Regresé a Latinoamérica y fue muy chistoso (porque) cuando conocí a Ais (Aislinn Derbez), yo ya quería regresar a Los Ángeles. Venimos juntos y nos quedamos.
¿Qué es lo que más te gusta?
Me encanta la energía. Estás aquí y se siente una energía súper ligera comparada con otras ciudades como Nueva York o México, que se sienten más densas. Te da opciones: quieres vivir en el rush, o más tranquilo, en paz, un rollo cool o hipster... Tiene esos matices de vida.
¿Cuál es un momento muy LA?
El de los contrastes: hacer hiking en Runyon Canyon y después desayunar en Melrose, y después surfear en Venice, y de ahí a un casting. Es toda una aventura.
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