Durante la primer semana de los Juegos Olímpicos de Río, la atleta Etenesh Diro perdió su zapato en una caída múltiple durante los 3 mil metros con obstáculos y, al no poder ponérsela de nuevo, siguió corriendo descalza de un pie.
Una vez que cruzó la meta, la competidora de Etiopía se desplomó en la pista llorando y sosteniendo su pie descalzo, mientras al fondo del Estadio Olímpico se escuchaban las ovaciones.
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Lo sucedido generó tanto impacto por su dramatismo, que rápidamente la prensa y las redes sociales comenzaron a hablar sobre el esfuerzo de la atleta. Especialmente porque a pesar de que logró alcanzar al grupo, al final se quedó fuera de la clasificación automática al ocupar el séptimo lugar.
Sin embargo, los equipos de Etiopía, Irlanda y Jamaica prsentaron una protesta tras la competencia, y después de revisar el video, el Jurado de Apelaciones dio a Diro y a otras dos competidoras su pase a la final.