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Patricia McKelligan, una mujer que nunca se rindió y venció al cáncer

Este octubre en Quién.com quisimos tener un acercamiento diferente al cáncer de mama. Es por eso que entrevistamos a Patricia McKelligan, una mujer que venció a esta enfermedad.
vie 11 octubre 2013 01:20 PM
Este octubre en Quién.com quisimos tener un acercamiento diferente al cáncer de mama. Es por eso que entrevistamos a Patricia McKelligan, una mujer que venció a esta enfermedad.
Patricia McKelligan Este octubre en Quién.com quisimos tener un acercamiento diferente al cáncer de mama. Es por eso que entrevistamos a Patricia McKelligan, una mujer que venció a esta enfermedad. (Foto: Cortesía)
Al centro, Patricia McKelligan acompañada de dos mujeres en la meta del maratón.
Al centro, Patricia McKelligan acompañada de dos mujeres en la meta del maratón.

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Patricia McKelligan viene de una familia de padres deportistas. Desde que ella y sus hermanos eran chiquitos, sus papás les inculcaron el amor al deporte. Cuando tenía once años dejó la natación sin saber que tiempo después volvería a ella para apoyar y compartir un poco de lo mucho que aprendió gracias al cáncer de mama. Cuando Patricia tenía 22 años se casó; próximamente va a cumplir 31 años de casada. Tiene tres hijos y un nieto. El primer encuentro cercano de Patricia con el cáncer fue cuando le diagnosticaron leucemia a su hermano. Desafortunadamente el perdió la batalla contra la terrible enfermedad.

La marea empieza a rebelarse Como toda madre, Patricia recibió a Pamela, su tercera hija, llena de felicidad. Desafortunadamente fue ahí cuando empezaron los problemas. “Cuando acababa de nacer Pamela, mi ginecóloga me dijo que tenía una displasia pero que seguro se iba a quitar. Cuando Patricia tenía 34 años (dos años después de nacer Pamela) sintió una bolita en el seno. Sin pensarlo dos veces se lo comentó a un doctor que era amigo suyo. “En realidad estoy viva gracias a él”, cuenta. El médico le recomendó sacarse una mastografía a pesar de que estaba fuera del rango de edad para realizarse dicho estudio. Siempre comprometida con su salud, Patricia se hizo el estudio. Los resultados no fueron positivos. La radióloga le dijo que tenía dos tumores en el seno. Después del diagnóstico, Patricia se hizo una biopsia, los resultados se los enseñó a su amigo médico. Preocupada por la salud de su hija, la mamá de Patricia no dudó en buscar una segunda opinión. Ambos especialistas le dijeron que había que operar. Gracias a su personalidad efervescente y a su espíritu optimista, Patricia tomó la noticia de la mejor manera. “Todos me decían que parecía que estaba sana”. Como siempre ha sido una persona muy deportista y había amamantado a todos sus hijos, Patricia estaba casi segura de algo: “No creo tener cáncer”. Lamentablemente la realidad estaba a punto de sorprenderla.

La marea se sale de control Entró al quirófano pensado que sólo le iban a quitar dos bolitas pero no. “Fue una operación radical. Tenía ya los ganglios infectados.” El mundo de Patricia se detuvo. “Oía que mi hermana le decía a mi hermano que era cáncer. Es horrible, en primer lugar mi idea era que iba a estar sana y que no iba a tener nada.” Patricia empezó a sentir mucha preocupación por sus seres queridos. Estaba preocupada por sus padres, ya que ellos ya habían perdido a un hijo y claro, estaba muy preocupada por sus hijos. “Pamela tenía dos años y sí me dio muchísimo medio porque dije: ‘ni siquiera se va a acordar de mí’”. La noticia también afectó tremendamente a los otros dos hijos de Patricia. La hija más grande, Tania, que en ese momento tenía 7 años, lloraba todo el día y el niño, Daniel, que en ese momento tenía 6 años, se peleaba con las puertas. Debido a su situación, Patricia estuvo en quimioterapia durante seis meses. Desde que empezó con el tratamiento, tenía algo muy claro: “Yo entré a la quimio con la idea de: `véngase todo lo que me tengan que hacer con tal de quedarme´.”

Patricia nos confesó que su familia fue la encargada de darle la fuerza que necesitaba para aguantar el tratamiento.
Patricia nos confesó que su familia fue la encargada de darle la fuerza que necesitaba para aguantar el tratamiento.


Patricia nos admitió que es un proceso muy pesado. La imagen personal del paciente se ve afectada. ¿Qué fue lo que más le costó durante el proceso? “Lo más difícil de la quimio es que me costaba mucho trabajo pensar que me estaba salvando. Tienes que tener muy claro que la quimio es lo que te cura aunque te esté matando”. Como toda persona que se encuentra en un momento complicado, Patricia busco una inspiración, ¿qué fue lo que le dio fuerzas para seguir adelante?: su familia. “Yo recibí muchísima ayuda. Cuando yo estaba en la quimio mis hermanos, mis papás, mis vecinos y todos mis amigos estuvieron muy cerca. Lo importante es que la familia esté unida para pasar por el proceso”. Sus hijos no entendían en su totalidad lo que estaba pasando pero ésto no fue impedimento para Patricia. Siempre les dejó claro que no debían darle importancia a la enfermedad, lo único que importaba era ganar la batalla. “No me importaba estar pelona… seguí saliendo, llevando a mis hijos a todos lados. Alguna vez mis dos hijos grandes me preguntaron si no me daba pena que me vieran así a lo que yo les contesté: ‘yo valgo por lo que soy no por cómo me veo’“.

“Es un momento de aguante, como un maratón. En tu mente no está la posibilidad de no llegar.”

¡Prueba superada! Las aguas regresan a su cauce “Lo más padre fue cuando me quitaron el catéter y empecé a recuperarme. Es un momento muy agradable. ¡Volver a comer y meterme a bañar en la regadera fue muy agradable” y bueno, volverte a sentir viva, cambias tu manera de ver la vida”, dice entusiasmada Patricia. McKelligan retomó las riendas de su vida y sus viejos hábitos que tuvo que abandonar por un tiempo. Como toda amante del deporte, Patricia intentó regresar a los aerobics pero tuvo que dejarlos porque le causaban algunos problemas en el cuerpo. Fue entonces cuando retomó un deporte que conoció gracias a sus padres, ¡la natación! En 2006 se le presentó la oportunidad perfecta para regresar un poco de lo que la vida le había enseñado. Patricia fue invitada a una asociación civil que hace nados por las mujeres, el objetivo es hacer del ejercicio una forma de prevención y motivación para todas las mujeres. Gracias a dicha asociación, Patricia ha tenido la oportunidad de nadar en aguas abiertas. Cabe mencionar que las distancias no son nada cortas, Patricia ha hecho nados por ellas en el Mar de Cortés (45 km), de Cozumel a Cancún (80km) y en las nueve bahías de Huatulco. ¿Cómo funcionan los nados? En La Paz, cada año se hace un evento de “Por ellas”, se invitan a nadadores para que hagan su relevo de ocho (siempre se tiene que nadar por parejas), en total nadan 35 kilómetros. En el evento, cada equipo busca dar un gran donativo para seguir ayudando a las personas que padecen cáncer de mama y para prevenir que más mujeres lo padezcan. Patricia, al igual que las otras mujeres que están con ella en la asociación, están convencidas que el ejercicio es fundamental. Puede servir de manera terapéutica y también de manera preventiva. “El ejercicio ayuda, produce un encima que hace que las células cancerosas no se produzcan.” Pero Patricia no sólo nada, hace muchas otras cosas por las mujeres. En las ferias de salud de La Paz acompaña a las señoras que están ahí a hacerse estudios. Nos confesó que mucha gente le tiene miedo a la mastografía pero que ella quiere dar el mensaje de que si la gente se atiende, hay posibilidad de sobrevivir. También ha dado pláticas en hospitales oncológicos. Sus pláticas son muy personales y siempre contesta todas las preguntas que la gente le hace. A pesar de lo desagradable que es tener cáncer de mama, Patricia cree que es importante preguntar e investigar sobre la enfermedad.

Patricia McKelligan, la dueña de su vida y de la marea

El ejercicio es su gran terapia para Patricia, le ha servido como una manera de agradecer por haberse quedado.
El ejercicio es su gran terapia para Patricia, le ha servido como una manera de agradecer por haberse quedado.


Para Patricia es clara la relación que hay entre el cáncer y la natación. Un nado largo, al igual que un tratamiento para vencer al cáncer de mama, es una actividad que tiene un destino. “En tu mente no puede existir la posibilidad de no llegar al otro lado, puedes estar cansada pero sabes que no puedes parar hasta que hayas llegado a la meta.” Desde que le diagnosticaron cáncer por primera vez, Patricia ha tenido otros encuentros con la enfermedad. Le tuvieron que quitar la matriz y un lunar de la cara pero esto no ha logrado frenarla. Durante el maratón que ha sido inspirar a otras mujeres, Patricia se ha tenido que despedir de mucha gente que ha animado pero que desafortunadamente ha perdido la batalla. Estas despedidas le han hecho preguntarse sobre su misión en la vida. “Cuando yo estaba en el hospital una de las amigas de mi mamá me dijo: ‘tú tienes una misión’. Y se me quedó, a lo mejor este es el mensaje que yo tengo que dar y si no es, igual me ha dado mucha satisfacción”. Este 19 de octubre Patricia cumple 19 años de haber sido diagnosticada. ¿Qué es lo que más admiramos de esta nadadora altruista? Que nunca fue una víctima, muy al contrario, siempre tuvo claro que iba a ganar la batalla y nunca dejó que nada ni nadie la convenciera de lo contrario. En el poder de su mente y de su ser siempre tuvo claro que sólo había una opción: enfrentar, vencer y trascender.

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