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La maldición de Scott Fitzgerald y el Gran Gatsby

A pesar de lo que podríamos creer, Scott Fitzgerald tuvo una pésima carrera en el Hollywood de los 20 y las películas adaptadas de su gran novela no han corrido con mejor suerte.
jue 30 mayo 2013 07:30 AM
A pesar de lo que podríamos creer, Scott Fitzgerald tuvo una pésima carrera en el Hollywood de los 20 y las películas adaptadas de su gran novela no han corrido con mejor suerte.
Carey Mulligan, Tobey Maguire, Leonardo DiCaprio, Baz Luhrmann y Joel Edgerton. A pesar de lo que podríamos creer, Scott Fitzgerald tuvo una pésima carrera en el Hollywood de los 20 y las películas adaptadas de su gran novela no han corrido con mejor suerte. (Foto: Getty Images)
DiCaprio y Carey Mulligan en The Great Gatsby
DiCaprio y Carey Mulligan en The Great Gatsby

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Cuando uno piensa en Scott Fitzgerald y su obra maestra 'El Gran Gatsby', lo primero que creeríamos es que el escritor tuvo toda la fama y el reconocimiento que un novelista y guionista del Hollywood de los 20 podría desear. Pero lo cierto es que su pasado está manchado por la locura, la pobreza, las traiciones y una historia personal que es todo menos "Gatsbyana"...especialmente en lo que a riqueza se refiere.

Y la maldición no se detiene ahí. Para el infortunio de Fitzgerald, pese a que su novela se ha convertido en un clásico y lectura obligatoria para las secundarias por doquier, las películas que se han hecho en su honor han terminado por ser un absoluto abucheo. Y el más reciente intento protagonizado por Leonardo DiCaprio y Carey Mulligan no se salva del mal de ojo que caracteriza estas adaptaciones. Pero no nos adelantemos.

¿Qué pasó en la vida de Fitzgerald que fue tan grave? Mucho...si somos honestos.

El que conoce de la vida del escritor sabe que Jay Gatsby es una especie de alter ego de la propia historia de ambición y fama del autor. Nacido en una familia sin nombre, Scott Fitzgerald se hizo de dinero a través del éxito de su primera novela, This Side of Paradise, para después despilfarrarlo al lado del amor de su vida, Zelda, y terminar en la ruina. Jamás aceptado por las familias de alcurnia y tachado de "nuevo rico". No por nada su famosa frase "Los ricos son diferentes a ti y a mí".

Uno de los posters de la más reciente versión de The Great Gatsby
Uno de los posters de la más reciente versión de The Great Gatsby


A pesar de su indudable talento, Fitzgerald fue siempre considerado "el niño no querido de Hollywood". Habiendo trabajado en el guión de películas como 'Gone with the wind', tal vez su creatividad resultaba demasiada para embotellarla a los deseos de la industria. Razón por la cual simplemente no funcionaba. El director Billy Wilder llegó a decir al respecto "Me hacía pensar en un gran escultor al que lo contratas para hacer un trabajo de plomería."

La relación de Scott Fitzgerald con el cine comenzó con el pie derecho, pero como muchas terminó en un terrible divorcio de bienes mancomunados. Luego de que sus historias cortas 'Head and Shoulders', 'The Offshore Pirate' y su segunda novela 'The Beautiful and Damned' fueran adaptadas para la pantalla grande, Hollywood se topó con un bache al momento de intentar llevar 'The Great Gatsby' a las salas de cine. ¡Y vaya que lo intentó!

La primera vez con una película silente en 1926, la segunda vez en los años 40, la tercera (probablemente la más famosa) en 1974 con Robert Redford y Mia Farrow, y una última (o penúltima ahora que existe la versión de Luhrmann) en el 2000 con Mira Sorvino como Daisy Buchanan. Todas ellas compartieron un destino en común: el fracaso y absoluto despiadado odio de la audiencia y la crítica.

Que si no lograron transportar el glamour y la sofisticación de la novela al cine, que si las actuaciones de Daisy Buchanan resultaban demasiado burdas para la superficial protagonista del libro, que si más que divertidas terminaban por ser cansadas y aburridas. 'The Great Gatsby' lleva prácticamente un siglo tratando de evadir estos mismos odiosos comentarios...y no lo logra.

Tal vez la maldición de Gatsby tuvo su origen en la maldición anti-Fitzgerald. La maldición que comenzó como muchas... con una botella de alcohol y un desamor. Luego de que Zelda Fitzgerald, esposa del escritor, fuera internada en un hospital psiquiátrico bajo una diagnósis de esquizofrenia y Scott se refugiara en la bebida, sus escritos comenzaron a fracasar tanto como su matrimonio. La cinta 'Lipstick' que él estaba escribiendo para un importante estudio, fue cancelada sin previo aviso, y peor aún, el novelista fue despedido de MGM tras armar un escándalo en una fiesta del estudio completamente borracho.

El dinero se le fue de las manos. De la fortuna que alguna vez dedicó a extravagantes fiestas y a consentir a Zelda no quedaba nada. Su cuarto libro publicado 'Tender is the Night' no logró convencer a los lectores que finalmente lo dejaron en los estantes. Productores como Joseph. L Makiewicz (conocido por Scott como "Monkeybitch") no podían verlo sin sentir escalofríos, y su nombre, el nombre que alguna vez inspiraba reconocimiento, comenzó a ser olvidado. Olvidado, de hecho, a tal grado que alguien "olvidó" ponerlo en los créditos de 'Gone With The Wind' como uno de los guionistas de la película.

Antes de verlo perderse en el abismo de la indiferencia, se comenzó a correr el rumor de que el escritor había muerto. Mejor fallecido que verlo tan decadente. Pero la realidad era otra muy distinta. Para finales de los 30, Scott Fitzgerald -enamorado del cine y fan declarado de Charles Chaplin- seguía intentando que Hollywood le regalara una nueva oportunidad. Y parecía haberlo conseguido con el nombre 'Winter Carnival' de no haber sido porque, de nueva cuenta, tuvo que ser retirado del proyecto debido a sus problemas con el alcohol.

¿Y el amor de su vida? Esa vela parecía haberse apagado también. Zelda entraba y salía del hospital psiquiátrico, y para 1937 Scott había comenzado un amorío con la periodista Sheilah Graham. Para 1938, luego de un desastroso viaje a Cuba, la pareja finalmente se separó para no volverse a reencontrar jamás.

Solo, desempleado y sin dinero, Scott Fitzgerald hizo un último intento para recuperar el estrellato. Su novela 'The Last Tycoon' esperaba ser un recuento de su propia historia en Hollywood; pero como un útlimo gesto de ironía, Scott jamás pudo ver publicado este libro, pues murió de un infarto a los 44 años de edad antes de poder terminarla.

Ahora son Baz Luhrmann y sus "musos", Leo DiCaprio, Carey Mulligan y Tobey Maguire los que se enfrentan a la maldición. Y tristemente no podemos decir que han resultado del todo libres de ella. Luego de que la extravagante cinta se estrenara en Cannes, los actores y su director se han visto bañados por una ola de críticas que van desde "Mucha forma, poco fondo", "Demasiado Moulin Rouge para lo que Gatsby necesitaba" hasta "Daisy Buchanan sigue siendo la boba de ojos de carnero perdido de la que tanto nos quejamos en las versiones anteriores" o "Arruinó por completo un clásico". La maldición vuelve a atacar.

Pero Luhrmann tiene una manera distinta de verlo, la misma manera que lo protegió de los críticos que lo destrozaron luego de su infame versión de 'Romeo y Julieta', y una filosofía que, tal vez, en su momento pudo haber ayudado al pisoteado Scott: "Todas las miradas de desaprobación y lo fácil que me desestiman son cosas a las que ya estoy acostumbrado. Y él también padecía de eso. Fitzgerald era, de algún modo, un payaso...como yo."

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