Sophia Loren y Martha Debayle en Acapulco
Unos cuantos trazos bastan para definir su silueta. Ojos y boca grandes, cejas largas, escotes pronunciados, pelo ondulado y cintura marcada. El de ella es un perfil italiano que millones reconoceríamos a kilómetros. Que sigue maravillando a mujeres y derritiendo a hombres, que nos hace suspirar nostálgicamente por aquellos años 60 al mismo tiempo que impone por su condición de belleza eterna, porque es capaz de robarse todos los shows. Porque en realidad, Sophia sólo hay una.
Cuando apareció en el escenario del Forum Mundo Imperial en Acapulco, se escuchó la merecida gran ovación de la primera a la última fila. Sophia Loren, el mito del séptimo arte, ha sido halagada como una de las mujeres más bellas buena parte del siglo pasado y este, desde que comenzó su carrera en 1950, cuando fue descubierta por el productor Carlo Ponti. Tanto piropo ya lo considera una tragedia. Así lo comentó en tono de broma durante la conferencia de prensa que dio posterior a nuestro encuentro. La Loren vino a recibir el premio "Acuérdate de Acapulco" que se ha entregado por primera vez, como reconocimiento a su trayectoria, durante la apertura del Festival Internacional de Cine, de manos del gobernador Ángel Aguirre.
77 años, sin cirugías
A la 1:30 de la tarde, en la Suite 510 de Las Brisas el calor andaba arriba de los 30 grados. Entró Alain Delon todavía guapo y con estilo, derritiéndose y quejándose porque en París estaban a 5 grados. Y entre risas y abanicos apareció Sophia, toda vestida en blanco -posiblemente de Armani, amigo y favorito desde hace años- pelo y maquillaje impecables a pesar del infernal calor.
De todas las invitaciones que pueda tener esta mujer en el año, ha decidido aceptar la del gobierno del estado de Guerrero, y por ahí comenzamos. Me presento y le pregunto por qué dijo sí a México, a Acapulco. "Nunca había venido y por tener la oportunidad de pasar un agradable fin de semana con mi agente y con Alain Delon, de quien me considero una gran fan desde hace muchos años", dice Sophia. ¿Qué opinas de Acapulco a horas de haber aterrizado? "Es asombroso poder venir y ver esto, es fantástico. Bellisimo!
Sophia es alta, altísima, morena, guapa (es inevitable no querer decírselo). Sus lentes le dan el justo aire intelectual que "requiere" su belleza para hacerla aún más interesante. Así se acomoda en uno de los característicos sillones rosas del hotel. El pasado 20 de septiembre, Sophia cumplió 77 años. Esta mañana todos nos preguntábamos si finalmente ya se habría hecho alguna cirugía, un poquito de botox aquí o allá, pero... "No, nunca lo he hecho principalmente porque me daría miedo morir en la operación, no me gusta que pongan sustancias en mis venas, hasta cuando tuve mis hijos tuve miedo de que me pasara algo, de no despertar.
Pero si la gente está dispuesta a hacerlo y si con eso se sentirán mejor ¿por qué no? Eso depende de cada persona", opina. Y sí, a centímetros de distancia se le nota el paso del tiempo pero su belleza natural sigue intacta, lo cual me parece más respetable.
Ahora, con la edad la gente suele pensar que las cosas estaban mejor antes. Sin embargo, Sophia Loren no cree que eso tenga que ver con envejecer. "No es el hecho de que pasen los años y creas que las cosas eran mejor antes, sino que con el paso del tiempo y las experiencias de la vida entiendes muchas cosas, y eso te ayuda a darte cuenta de lo que era mejor antes y el maravilloso futuro que tienes por delante, y de hecho es un tema que se puede discutir con los hijos o con la familia, sobre lo que era mejor antes", asegura.
La mejor cualidad de Sophia
La admiración que hay por esta diosa del cine viene también de su historia de vida. Por la mujer que es y por la manera en que vivió su infancia. Nació en Roma pero su madre, Romilda, tuvo que trasladarse a un pueblo cerca de Nápoles para sobrevivir después de que su amante, Riccardo Scicolone, la abandonara a ella y las dos hijas de ambos.
Sophia creció en la pobreza y en la Italia de la Segunda Guerra Mundial. Era una niña muy tímida y tan delgada que sus compañeros de la escuela la apodaban stuzzicadenti (palillo). Su madre tocaba el piano en una taberna frecuentada por militares estadounidenses.
A los 14 años, Sophia empezó a ser consciente de su belleza. Un día se encontró coqueteando en la playa con un joven que le dijo: "¡Eres verdaderamente guapa!", dice Loren. "Me reí, pero todavía lo recuerdo". Motivada por ese primer comentario, decidió depilarse las cejas, ponerse un poco de gloss en los labios, meterse a concursos de belleza y nunca volver a mirar atrás. Hay que tener talento pero también suerte.
Al poco tiempo, a los 16, conoció a Carlo Ponti, que a los 37 fungía como jurado en un concurso de belleza. Se enamoraron y se casaron en 1957. La carrera de Sophia despegó. Filmó con los grandes italianos y llegó a Hollywood. En 1960, bajo la dirección de Vittorio de Sicca tuvo su mejor papel en la cinta Dos mujeres. Ganó los premios a Mejor Actriz en los festivales de Cannes, Berlín y Venecia, así como el Oscar. Se consagró entonces como una de las mejores y más glamourosas estrellas del cine mundial.
¿Qué tiene Sophia Loren para hacer posible esta vida que se hizo ella misma, casi de película? ¿Cuál fue la cualidad para llegar tan alto? "Es algo que te viene día a día, lo que aprendes, las pequeñas cosas que dejas entrar en ti, desde las cosas con las que eliges vivir y colocas frente a ti cada que necesitas encarar un problema, todo con el objetivo de vivir en paz contigo misma y la mejor manera de hacerlo es ser tú misma", responde, toda llena de tranquilidad.
Los grandes momentos de su vida
Con Ponti tuvo dos hijos: Carlo, de 42, es director de orquesta, y Eduardo, de 38, director de cine. El nacimiento de ambos es lo que ella califica como el más grande y mejor momento de su vida. Mientras que los momentos más difíciles que ha enfrentado son la muerte de su madre y posteriormente la de su esposo (2007). ¿Cómo es estar sola después de haber compartido 50 años con él? "No me gusta hablar de Carlo porque me pongo muy sentimental. Es muy difícil la vida sin él", dice.
Lo que más extraña Sophia es el soporte que su marido significaba para su familia. "Es algo que pasa en la vida, a todas las personas, cuando estás con alguien que adoras", dice, se detiene y suspira profundamente. "Tienes que pensar que tal vez un día puedas perder a esa persona, antes que ella a ti y tienes que vivir con eso. Pero claro que cuando tienes hijos entiendes que no puedes andar triste por la vida, con ese gran vacío dentro de ti, porque tienes que seguir tu vida con tus hijos, con tus nietos. Tienes que tratar... no de esconder sino de convertirte un poco más en la mujer que dice "I'm ok. Ok, everything it's fine..." (ríe un poco) "En vez de llorar".
Ser feliz
"Sophia, ¿qué es lo que más te apasiona hoy en día?", le pregunto. "Lo que hacen mis hijos, su futuro, lo que harán, qué rumbo tomarán mis nietos y la vida que tendré con ellos", asegura. "Porque confieso que desde que tengo nietos nunca me siento sola. A veces me siento triste porque Carlo ya no está, pero siempre encuentro la razón para ser feliz". Ella quiere ser una gran abuela... "De los tres, el cuarto viene en camino". Y "que ellos decidan lo que quieran tomar y aprender de mí". El mayor aprendizaje que Sophia ha tenido en la vida es ser honesta, "decir la verdad y ser fiel a uno mismo, y nunca esconder las pequeñas cosas que tal vez te molestan dentro de ti y que también puedan afectar a otras personas".
¿Cuál es tu mejor tip de belleza?
¡Que sean felices! Que se disfruten de sí mismas, tanto que pueda reflejarse en sus ojos, que sean alguien que tiene mucho que dar a los demás, y que todo eso pueda descubrirse con tan sólo mirarlas.
¿Qué haces para cuidarte a ti misma?
Niente- y se ríe -Ni siquiera voy al palestro (gimnasio).
Nunca pensé que a la pregunta de qué hace para estar así, su respuesta sería: "nada", si lleva 60 años siendo referencia de belleza de chicos y grandes. ¡Cómo que no hace nada!
Come on Sophia! ¡Estás espectacular! - insistí.
Hacer ejercicio... No todos los días, por ejemplo, cuando viajo no puedo pero con 35 minutos en la mañana está bien. ¡un poco está bien! También cuido mi alimentación porque tengo que, y porque sé que es saludable y... no mucho la verdad.
Y de la belleza a la sensualidad
Hace cuatro años, a sus 73, la actriz posó de forma muy sugestiva para la cámara, ¡como si fuera 1962! ¿Por qué la decisión de posar para el calendario Pirelli? "Porque fue divertido, porque me preguntaron y dije... ‘Yeeees of course!' Claro que quiero -ríe un poco- pero bueno, es claro que soy una persona que tiene límites y debe tener cuidado al hacer este tipo de cosas. Aunque tienes que divertirte y disfrutar la vida, tienes que hacerlo con una gran elegancia, bajo una imagen agradable y creíble, y dejar que las personas lo disfruten y nada más que eso".
Antes de terminar, pienso que todos la admiramos pero insisto: ¿Sophia ¿estás orgullosa de ti? "Sí", responde al segundo. "Porque he hecho las cosas correctas, creo yo. A veces cuando pienso en mí digo ‘¡Sophía Loren!' Es bueno lo que estás haciendo", y no le cuento a nadie -ríe- Y mucho menos a mis niños".