El amor entre Marcella y Luis

Historia de amor Era verano de 1967. Marcella Basteri Tarrozzo y Carolina Mezín, su madrastra, fueron a la cafetería París, el lugar de moda en Mar de Plata, Argentina. Ahí se presentaban artistas de la talla de Palito Ortega y Julio Iglesias. Para sorpresa de ellas, aquella noche actuaba nada más y nada menos que el español Luisito Rey, un joven de 21 años, menudito y delgado, que interpretaba flamenco acompañado por su guitarra.

Marcella tenía 18 años y era portadora de una belleza impresionante. Su cabello dorado, ojos claros y rasgos delicados llamaron poderosamente la atención del cantante, quien parecía que le dedicaba el concierto sólo a ella. Luisito mandó a su hermano Vicente (Tito) a decirle que quería conocerla. Se acercó a la mesa de las mujeres y estuvieron charlando el resto de la velada. Fue enamoramiento total.

No todo estaba a favor Sergio Basteri, papá de Marcella, como buen soldado, tenía carácter fuerte, y no aceptó la relación entre su hija y el cantante. Así que lo corrió de su casa cuando el joven fue a pedirle permiso para cortejarla.

La alegría de Marcella se tornó en desdicha, pasaba los días llorando y preguntándose por qué Luisito no se había puesto en contacto con ella durante varios meses.

Por otra parte, Luisito Rey estando en Perú, abrió un restaurante con tablao flamenco; vivía sus días y noches plagados de excesos. Sin embargo, la recordaba a cada instante por lo que le escribió varias canciones, entre ellas, una titulada “Marcella”. Al poco tiempo, se dio cuenta que su vida estaba vacía sin el amor de su vida.

El intérprete de Cádiz, como le decían a Luisito, consiguió el teléfono de un vecino de Marcella y le dejó el recado de que en unos días volvería por ella. El reencuentro fue muy emotivo. Luisito le reclamó no haber contestado sus cartas; ella le dijo que nunca las recibió -descubrió que quizás su padre las hubiera interceptado- y acordaron casarse, con o sin el consentimiento de Sergio.

Luisito volvió por Marcella y, aunque el disgusto fue tremendo para Sergio, ya que no aprobaba al cantante como yerno, cualquier comentario ya era en vano, su hija estaba perdidamente enamorada del Gaditano.

Luisito Rey y Marcella nunca se casaron. Él hizo declaraciones a los medios diciendo que se amaban y que habían contraído nupcias “Sin barullo, como dos desconocidos” pero nunca firmaron alguna acta matrimonial.

Su destino: México Luisito, que estaba pasando por un buen momento en su carrera, quería entrar de lleno al mercado mexicano, por lo que decidieron mudarse a la Ciudad de México. Así, el otoño de 1969 arribó con una gran sorpresa para la pareja. Marcella se enteró de su estado y el español estaba feliz: su primer retoño venía en camino.

Vivían modestamente en un departamento en Insurgentes esquina con Xola, que les consiguió Marco Antonio Muñiz, a quien Luisito había conocido en un concierto en la Madre Patria en 1964. Rey trabajaba en centros nocturnos y hacía vida social, con el fin de conocer gente que le ayudara en su carrera. De esta manera conoció al actor Andrés García, quien protagonizaba una película en ese momento. Luisito interpretó el tema de ésta: “Soy como quiero ser” a raíz de su amistad con García.

Mientras tanto, en Puerto Rico, el famoso productor Alfred D. Herger había oído hablar mucho de Luisito Rey. Lo conoció, le vio futuro y se los llevó a él y a Marcella a radicar a La Isla del Encanto. Ahí fue en donde un 19 de abril de 1970, en el Hospital San Jorge en Santurce, nació Luis Miguel, su primogénito.