“Tocar el violonchelo es como cantar. Cuanto más lo pienso, más siento que debería ser como cantar… o quizás volar”, así define Lydia Shelley su relación con el instrumento que la ha acompañado desde los siete años y que, más allá de técnica o disciplina, representa para ella una forma de desahogo emocional.
La artista británica, una de las violonchelistas más sensibles de su generación, fue parte del festival Paax 2025 en Xcaret, México, donde ofreció una interpretación que emocionó tanto a la audiencia como a sus propios colegas.
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Shelley no sólo carga con la profundidad sonora de su instrumento, sino también con una herencia musical poderosa: nació en el seno de una familia dedicada a la ópera, con padres que dirigían juntos una compañía. “La música era algo que se escuchaba en casa desde que era niña”, recuerda. Aunque su primera intención fue tocar el violín, una anécdota infantil —rechazando el sonido de un principiante— la llevó a elegir el violonchelo, sugerencia de su madre pianista que siempre había querido tocarlo.
Virtuosismo en la participación de Lydia Shelley junto a la Orquesta Imposible bajo la dirección de Alondra de la Parra. (Cortesía. )
Su vínculo con el violonchelo se consolidó en la adolescencia, cuando descubrió el repertorio de música de cámara. A los 17 años, tras tocar cuartetos de cuerda por primera vez, supo que no podía abandonarlo: “Fue un descubrimiento increíble… No puedo dejarlo. Tengo que seguir con el violonchelo”.
Actualmente, Shelley interpreta obras en un instrumento histórico: un violonchelo de principios del siglo XVIII fabricado por Alessandro Galilei en 1710. Este instrumento no sólo es una joya sonora, sino también un legado vivo, que fue tocado durante décadas por el violonchelista francés Charles Koechlin, a quién Shelley ha admirado toda su carrera. “Tenerlo en mis manos es algo muy conmovedor. Me ha abierto la mente a muchísimos colores, texturas y formas de pensar sobre el sonido”.
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Durante su participación en PAAX, la artista compartió escenario con algunos de los músicos más destacados del mundo. Allí, más que presión, sintió una ola de energía y apoyo que transformó el escenario en un espacio íntimo entre amigos: “Estaba emocionada por tocar con ellos esta increíble pieza. PAAX es un festival absolutamente único”.
Virtuosismo en la participación de Lydia Shelley junto a la Orquesta Imposible bajo la dirección de Alondra de la Parra.(Cortesía. )
¿Quién es Lydia Shelley?
Lydia Shelley es una violonchelista británica reconocida por su sensibilidad artística, su enfoque camerístico y su capacidad para dar vida a obras clásicas con una expresividad conmovedora. Ha colaborado con diversas orquestas y festivales internacionales, destacándose como solista, integrante de ensambles de cámara y como parte de proyectos contemporáneos. Su formación y carrera están profundamente influenciadas por su entorno familiar musical y una dedicación personal a la sonoridad histórica de su instrumento.
Con cada interpretación, Shelley no solo ejecuta notas, sino que cuenta historias que han viajado a través del tiempo, igual que su violonchelo. Y como ella misma dice, tocar es cantar… y quizás también, volar.