“El hombre se complace en enumerar sus pesares, pero no enumera sus alegrías”, es una de las frases más famosas de Fiódor Dostoyevski, no sólo por su carácter literario, sino porque refleja la propia vida del novelista ruso, quien nació un día como hoy de hace exactamente 200 años y que, hasta nuestros días, varios de sus cuentos y novelas son consideradas por varios autores, como Joseph Frank, su biógrafo más reconocido, las grandes obras literarias de la historia universal.
A 200 años de Dostoyevski: encarcelamiento, pesares y su legado
Fiódor Dostoyevski, el novelista ruso que, para Jorge Luis Borges, leerlo marca un día memorable en nuestras vidas, cumple 200 años de haber nacido y dejado su legado en la literatura universal.
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Dostoyevski nació en Moscú, Rusia, el 11 de noviembre de 1821; su padre, un médico militar de carácter severo y violento, fue asesinado, posiblemente, por sus propios siervos cuando estaba ebrio. Ese hecho lo marcó profundamente, lo cual se refleja en los sentimientos, pensamientos y situaciones que rodean a su obra. Tras el efímero éxito de su primera novela, Pobres gentes (1846), su carrera literaria se vio interrumpida cuando fue encarcelado en 1849 por pertenecer a un grupo intelectual llamado el Círculo Petrashevski que, supuestamente, conspiraba contra el Zar Nicolás I.
Su sentencia a pena de muerte se transmutó a cinco años de cárcel en Siberia, donde pasó terribles momentos por los trabajos forzados que hacía. Sin embargo, Eloy Urroz, escritor mexicano perteneciente a la generación del crack, considera que durante dicho encarcelamiento, el autor comenzó a gestar una de sus obras maestras: Crimen y Castigo (1866), novela reconocida, entre otras cosas, por la profunda inmersión psicológica de sus personajes. Además, Dostoyevski hace un homenaje a su entonces ya fallecida primera esposa, María Dmitrievna, quien se refleja en el personaje de Catalina Ivanovna.
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Joseph Frank, el biógrafo más reconocido del autor de El Jugador (1866) llama “Los años maravillosos” a la época de 1865 a 1871, ya que, según él, en ese tiempo se gestaron tres de las grandes novelas de la literatura universal: Crimen y Castigo, El Idiota y Los Demonios, escritas todas por el mismo Dostoyevski en ríspidas circunstancias económicas y de salud, puesto que padecía de epilepsia. Cabe señalar que en esos mismos años, Dostoyevski publicó otras dos novelas: El Eterno Marido (1870) y El Jugador (1867), la cual refleja los endeudamientos y la ludopatía que el propio escritor adquirió en medio de un estado de depresión.
La obra de Fiódor Dostoyevski dejó su gran legado e influyó a numerosos escritores posteriores como Friedrich Nietzsche, Jean Paul Sartre, – incluso Memorias del subsuelo (1864) es considerado un antecedente del existencialismo – Virginia Woolf, William Faulkner, al padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, quien realizó un ensayo titulado Dostoyevski y el parricidio, y a otros autores que vivieron lo que Jorge Luis Borges dijo acerca del propio Dostoyevski: “Como el descubrimiento del amor, como el descubrimiento del mar, el descubrimiento de Dostoyevski marca un día memorable en nuestras vidas”.
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