La actriz Maggie Gylenhaal ha dejado un buen sabor de boca entre los espectadores de su ópera prima The Lost Daughter, la cual se presentó como parte de la competencia del Festival de Cine de Venecia.
Gylenhaal escogió para su debut en la silla de dirección la novela de la enigmática escritora Elena Ferrante, en la cual se relata la historia de una profesora de literatura de mediana edad en medio de unas vacaciones solitarias que despiertan una serie de conexiones en su pasado.
Para la versión cinematográfica, la directora ha decidido cambiar los ambientes propuestos en la novela y desplazarlos a Grecia, donde Leda (el personaje principal interpretado por Olivia Colman) vacaciona y se cruza con Nina (Dakota Johnson) y su pequeña hija en la playa. La muñeca de la pequeña detona recuerdos turbulentos de su propia maternidad.
Durante la conferencia de prensa, Maggie confesó que "creo que siempre he sido directora y no me sentía con derecho a admitirlo. Creo que es un mejor trabajo para mí, en realidad".
Sobre el texto en el que se basó para su primer trabajo de dirección, dijo que cuando leyó por primera vez los libros de Ferrante logró una extraña conexión con los personajes principales: "Dios mío, esta mujer está tan jodida. Luego, una milésima de segundo después, pensé: 'Oh, no, realmente me identifico con ella. ¿Eso me hace jodido?'".
Gyllengan se tomó algunas licencia creativas sobre el texto de Elena, quien aceptó que su novela se adaptará al cine sí y sólo sí era ella quien dirigía. Entre las adaptaciones se encuentra la nacionalidad de las protagonistas, una británica y la otra americana, a diferencia del libro que son italianas.
La escritora otorgó bastante holgura creativa a la cineasta, pero sólo anticipó una condición: que el personaje de Leda no se planteara como una mujer con problemas mentales. El resultado, en palabras de la propia actriz Olivia Colman, ha sido satisfactorio.
