In memoriam de Silvia Rojo, una mexicana que siempre vio por los demás

Esta sala fue fundamental para mejorar la atención y las oportunidades de vida de miles de pacientes. La Fundación Duerme Tranquilo se dedicó a dirigir los donativos a las necesidades específicas solicitadas por cada patronato con el fin de fomentar una cultura de cooperación entre la sociedad y las instituciones y fundaciones del sector salud.

Entre sus principales logros se encuentran también la adecuación de la Primera Clínica de Prevención y Detección Oportuna del Cáncer en el Instituto Nacional de Cancerología, la construcción de un auditorio en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Dr. Manuel Velasco Suárez, la adquisición de transductores transesofágicos, la creación de espacios lúdicos y de recreación, así como el fortalecimiento de la Campaña Libre de Humo de Tabaco en el Instituto Nacional de Pediatría.

Silvia Rojo, una gran hija

Silvia nunca ocultó el gran cariño y la admiración que tuvo por sus padres. A Jorge Rojo lo definió como "su persona favorita, la que más ha amado y admirado del universo", y a su mamá le agradeció en todo momento el haberle inculcado "un profundo amor por el servicio a los demás, a mi país, a regresarle a la vida lo que tengo".

“Es la persona más divina, elegante, divertida, simpática y amorosísima; una mujer que ha trabajado en el servicio social por décadas y que ama a su país”, dijo Silvia Rojo sobre su mamá en 2015.

Un momento muy especial para Silvia fue ver a su madre recibir, en 2018, la Presea Pedro María Anaya, la máxima distinción otorgada por el Heroico Congreso del Estado de Hidalgo. Este reconocimiento fue un homenaje al incansable trabajo de su madre por el bienestar de los demás, un valor que Silvia siempre compartió y transmitió a terceros.

Silvia Rojo, la amiga

Su inmenso corazón y carisma la llevaron a hacerse de cientos de amigos incondicionales como Sergio Berger, Rafa Micha y Angélica Rivera. Era común encontrarse con Silvia Rojo en diferentes eventos sociales y benéficos siempre con una gran sonrisa en la cara. Su presencia se notaba, era querida por todos. Su forma de relacionarse con las personas desde el amor es, sin duda alguna, una cualidad por la que siempre será recordada.

Siempre fue una de las más grandes amigas de Quién, cómo olvidar su presencia en el último evento de 31 mujeres que amamos, en donde Silvia una vez más mostró su sencillez al reconocer a todas esas mujeres que, como ella, desde sus trincheras transforman a México.

Silvia dejó huella por la inmensa cantidad de corazones que tocó, las personas a quienes les extendió la mano y por haber hecho realidad los sueños de muchos niños y niñas enfermos del Hospital Juárez de México. Silvia Rojo deja un legado de amor, dedicación y servicio. Su vida estuvo marcada por su compromiso con la salud y el bienestar de los demás, su capacidad para crear lazos duraderos y su fortaleza en tiempos de adversidad. Su memoria vivirá en las vidas que tocó y en los corazones de quienes la conocieron.

"Una persona feliz, amante del arte, de mi país, México, de la música, de la moda, de los viajes. Una creyente. Me encanta ayudar a los demás, especialmente a los niños", así se autodescribió en Twitter y así será recordada por siempre. Descansa en paz, Silvia Rojo.