La reconocida coleccionista de alta joyería, esposa del fallecido joyero Mauricio Berger y quien plasmó su pasión por piezas vintage y modernas en el libro “Fashion Jewelry”, The Collection of Bárbara Berger murió a los 82 años.
Nacida en Nueva York, Bárbara se convirtió en una ciudadana del mundo, estableciendo su hogar en México junto a su esposo Mauricio Berger. Su historia como coleccionista comenzó cuando era solo una niña influenciada por su madre Eleonor y su amor por las joyas. A los 13 años, heredó el tesoro de su madre, desbloqueando así su fascinación por objetos que contaban historias únicas. A partir de este momento comenzó a reunir todo tipo de objetos: muñecas, cerámica, bolsas de época, porcelana, vestidos antiguos y su máxima pasión: las joyas. “Un coleccionista nace, no se hace”, decía.
Bárbara Berger no solo fue nacida para coleccionar, también para vivir la moda de manera auténtica. En una entrevista para Quién en 2010, confesó que su colección de ropa vintage, inició a los 16 años y tenía como principales proveedores a los mercados de pulgas alrededor del mundo. “París es donde más opciones hay y donde he comprado casi todo lo que tengo”, dijo. A lo largo de su vida, supo cómo fusionar elegancia con la autenticidad, reflejando su estilo único a través de su colección de ropa vintage. Su amor por la moda trascendió las décadas y continuará inspirando a quienes tuvieron el privilegio de conocerla.
La historia de amor entre Bárbara y Mauricio Berger
Bárbara Berger fue una mujer muy querida y tuvo una gran vida social: era común verla en eventos de moda, filantrópicos y sociales siempre rodeada de grandes amigos. Sin embargo, su incondicional siempre fue su esposo, el empresario joyero Mauricio Berger. Mauricio y Barbara se conocieron en México durante la luna de miel de ella con su primer marido, también joyero y amigo de los Berger, quien se ofreció a guiarlos en su viaje por Acapulco. Pasaron más de 20 años hasta su reencuentro. Durante una estancia en Milán, Mauricio la invitó a cenar, ambos estaban divorciados… así inició su historia de amor. Se casaron en México en 1990 y, desde entonces, se volvieron inseparables, tenían una química innegable y una misma pasión: las joyas.
La última vez que vimos a Bárbara Berger en público fue en su cumpleaños número 80 y motivo de una reunión familiar y amistosa, organizada por Sergio y compartida con seres queridos de todo el mundo. Amigas de toda la vida, nietos desde Bélgica y un grupo cercano de Ciudad de México se unieron para celebrar la vida de esta increíble mujer en el restaurante Bella Aurora, bajo la cocina de la Chef Elena Reygadas.
Bárbara Berger, una mujer auténtica será recordada por su habilidad para unir a la familia y amigos en momentos de alegría. Su legado perdurará en las piezas únicas que recopiló y que por siempre contarán maravillosas historias de momentos memorables.