“Estamos muy orgullosos de la historia, del trayecto y del rumbo que ha tomado el torneo” así comienza nuestra plática con Renata Burillo Gómez Haro, la heredera de esta espectacular fiesta que año con año, desde hace 30, reúne a aficionados del tenis en el Puerto de Acapulco para una semana de deporte y muchas otras actividades.
Renata Burillo celebra los 30 años del Abierto Mexicano de Tenis
Desde que llegó al frente de la empresa, la cual fundó su papá Alejandro Burillo, ‘La Güera’ –como la conocen sus cercanos– se ha dedicado a enriquecer la experiencia que se vive durante estos días y, con el tiempo, sus sueños se han venido materializando.
“Este venue, este número de afición, este nivel de jugadores siempre fue una meta a alcanzar y estamos muy contentos que, tanto el año pasado, como este, hemos podido aterrizar y materializar ese sueño que lo veíamos bastante lejano. Realmente estamos muy felices de poderlo compartir con todos ustedes, porque no sólo somos nosotros, sino todos los que han puesto trabajo, esfuerzo, horas y amor para que esto sea posible”, menciona.
Al ser un evento creado por su padre, Renata tuvo una gran oportunidad cuando quedó al frente de Mextenis, sin embargo “Les puedo garantizar que nunca me lo imaginé, Nunca pensé que el tenis iba a poder ser una opción laboral para mi, me gustaba involucrarme en ciertas cosas, pero así como mi vida laboral completa, nunca lo pensé”, asegura.
“De chiquita venía como espectadora y sabía que esto era un evento de la familia, que año con año, hasta que mi papá quisiera, lo íbamos a poder vivir de esa manera, pero realmente mis intereses de más chica eran diferentes”, comparte.
Por tal motivo, la entonces estudiante decidió enfocar su carrera al arte “muchos saben que estudié historia del arte, empecé a trabajar en eso”, inspirada mucho por su madre Germaine Gómez Haro, quien siempre se ha dedicado a esta rama de la cultura, sin embargo, su camino la llevó al Tenis.
Cuando llegó a la empresa, sin duda sabía muchas cosas que alguien externo no tendría en su conocimiento, sin embargo, admite que empezó con muchos tropiezos. "Al principio fue un reto gigante en mi vida y lo sigue siendo”, agrega, “pero poco a poco uno va agarrando el ritmo de la empresa, del equipo, de la manera de trabajar”.
Y es que la organización de esta clase de experiencias no es algo que se aprende en un día, “llevar un evento es muy distinto a trabajar en una empresa tradicional, los tiempos son muy particulares, hay meses que no tenemos gran cosa que hacer, pero hay épocas en las que no paramos durante 3 semanas, entonces también acomodar la vida a ese tipo de eventos fue duro, tengo que aceptarlo, pero el tenis está por encima de todo eso, realmente hay una satisfacción laboral, pero también emocional impresionante por trabajar en este tipo de torneos”, menciona con mucha emoción y cuenta que poder ver a la gente, compartir con las miles de personas que lo viven y conocer a esos atletas es muy enriquecedor.
Esta año ha sido muy particular en la vida de la joven ya que, junto a su esposo Álvaro Falla, tuvieron a su primer hija en común. “Ha sido un año sui generis, por eso digo que sigue siendo un reto, uno va cambiando con el tiempo y la maternidad sí es un cambio radical, desde tus horarios, tu descanso, tu atención, tu cuerpo, físicamente eres otra persona y toca ajustarse”.
A partir del nacimiento de Josefa, Renata confiesa que se ha quitado muchas responsabilidades que antes tenía. “He delegado, tengo un equipo que ama el tenis igual que yo o más y que ama este evento igual que yo o más, entonces ha sido muy fácil acomodar muchas de mis responsabilidades”, platica.
Además asegura que este proceso ha sido muy gratificante “porque aprendes que hay mucha gente que puede hacerlo mejor que tú [risas] y está padrísimo, porque también son oportunidades para el equipo, porque ellos nunca piensan que pueden llegar a tener esas responsabilidades que tiene la jefa, que además es la dueña y que nunca se va a ir. Ha sido muy padre ver cómo el equipo me ha echado la mano y hemos logrado cosas increíbles”, añade.
Al principio, cuando llego a la cabeza de Mextenis, Renata soñaba con la espectacular arena que ahora es una realidad, con tener a los tenistas más afamados y talentosos del mundo y construir una gran afición en México, pero ¿Qué falta para esta mujer? ¿Qué sigue en su lista de sueños?, tajante nos contesta que “cuando llegas a donde querías llegar, te das cuenta que enfrente hay todavía mucho por andar. Aún hay jugadores que nunca han venido a México y que quiero traer”, dice.
Asimismo platica que siempre hay muchas cosas por hacer para mejorar la experiencia de vivir un Abierto “esto de la maternidad también me ha dado la oportunidad de ver y vivir el torneo como público y me doy cuenta de muchas cosas que antes no veía metido aquí” y esto, sin duda, ayudará a generar un mejor torneo cada vez.