Se necesitarían páginas enteras para contar todo lo que esta hermosa mujer nos ha dado: actriz, productora, diputada, senadora, madre, amiga son sólo algunos de los papeles que la sonorense ha interpretado a lo largo de su vida. Y todos hechos a la perfección. Por algo es hoy la única diva viviente que tenemos en México.
Guerrera incansable, musa de Luis Buñuel y Diego Rivera, estrella internacional que ha disfrutado a lo grande su paso por esta vida y con quien he vivido inolvidables momentos, lo mismo amenas pláticas junto a Sara Montiel u Omar Sharif, que tardes maravillosas en su casa de Acapulco, su lugar preferido. En Venecia fui testigo de cómo el tenor Rodrigo Trosino le cantaba ante cientos de turistas que aplaudían emocionados de ver a esta mujer a quien, todos los que la conocemos, llevamos y llevaremos siempre en nuestro corazón. ¡Gracias, Silvia, por existir!