Los veo llegar al concierto por miles: con la mirada brillante y una energía generacional que los identifica. Hoy han acudido a un ritual musical y su emoción por comenzar el viaje es contagiosa. Son jóvenes aún, pero en esta ocasión no vienen solos. Muchos de ellos lo hacen con sus hijos, pues esta vez la convocatoria es para ver en vivo a Kabah y a OV7, reunidos en un concierto que traerá de nueva cuenta aquellos icónicos 90.
Una era musical que en México y en el mundo no regresa, sino que parece nunca haberse ido.
En ese poderoso retorno del interminable ciclo de la memoria, ya nadie piensa que el pasado es sinónimo de desechable, y mucho menos tratándose de la música.