Publicidad
REVISTA DIGITAL

Síguenos en nuestras redes sociales:

Publicidad

Liz Gallardo volvió a nacer

Cuando su perro se escapó, en el intento de alcanzarlo, la actriz fue atropellada por un trolebús. A cuatro meses del accidente, habla por primera vez de su vida en muletas.
mié 12 agosto 2009 05:55 AM
Cuando su perro se escapó, en el intento de alcanzarlo, la actriz fue atropellada por un trolebús. A cuatro meses del accidente, habla por primera vez de su vida en muletas.
liz Cuando su perro se escapó, en el intento de alcanzarlo, la actriz fue atropellada por un trolebús. A cuatro meses del accidente, habla por primera vez de su vida en muletas. (Foto: Jaime)

"Tengo miedo de que las cosas no estén bien. El médico dijo que los huesos soldaban a los dos meses y que al tercero estaría lista, pero ya pasaron cuatro y sigo con muletas". Éste es el vía crucis que vive Liz Gallardo, actriz de 29 años, quien está enfrascada en una lucha diaria por devolver un poco de tranquilidad a su vida.

El desconsuelo y la nostalgia invaden por momentos a la protagonista del Búfalo de la noche -donde actúo al lado de Diego Luna-, pues no se ha recuperado anímicamente y su proceso de rehabilitación ha sido más complicado de lo que pensaba: "Cuando sucedió el accidente estaba en medio de las grabaciones de Vuélveme a querer (telenovela de TV azteca). De ninguna manera podía dejar de trabajar y tampoco tenía tiempo de ir al hospital debido a los llamados", cuenta Liz. Luego siguió la filmación de una película, en Mazatlán, y tampoco podía ausentarse del set por mucho tiempo. Solamente acudía una vez a la semana con el fisioterapeuta.

Publicidad
UTILIZA MULETAS. No ha completado su rehabilitación ya que ha seguido trabajando luego del percance.
UTILIZA MULETAS. No ha completado su rehabilitación ya que ha seguido trabajando luego del percance.


La actriz incluso rentó una cama de hospital para instalarla en su casa. Ahí convaleció durante casi dos meses con la ayuda de su mamá, quien dejó todas sus actividades en Guadalajara para venir al DF a apoyar a su hija durante el difícil proceso de recuperación.

CUIDADO: CRUCE PELIGROSO Era un domingo de rutina. Liz salió de casa con su perro Nelson en dirección al parque España, en la colonia Condesa, donde pasaba largos ratos con él. Su mascota tenía 11 años y pocas veces usaba correa, pues además de estar bien entrenado, se sabía el recorrido a la perfección. Al bajarlo al piso, en la esquina de Juan Escutia y Pachuca, el perro de raza criolla se echó a correr sin rumbo fijo y Liz, detrás de él. Ella olvidó que se encontraba frente a un eje vial, con el trolebús a contraflujo, y sólo miró hacia un lado de la calle. La tragedia sucedió: "El siguiente recuerdo que tengo es de mi cabeza entre la llanta del camión y la banqueta, a centímetros de ambas". Liz se rompió la clavícula izquierda y tuvo un hematoma interno en la cabeza que afortunadamente nunca se reventó, entre otras lesiones. La pierna izquierda casi la pierde.

FUTURO INCIERTO. Está en busca de nuevos proyectos, aun cuando no ha recuperado su movilidad al 100%.
FUTURO INCIERTO. Está en busca de nuevos proyectos, aun cuando no ha recuperado su movilidad al 100%.


La trasladaron al hospital Santa Elena, donde atienden a los miembros de la ANDA, pero las cosas fueron empeorando, según cuenta Liz: "Se portaron súper mal conmigo. Tuve que pagar para que me pusieran el suero y aun así no quisieron atenderme, operarme ni nada. El hematoma jamás se reventó, se fue desinflamando. Por eso estoy viva."

SU GRAN PÉRDIDA El amor por su perro le ha ganado muchos comentarios a Liz. "Para mucha gente es absurdo, pero yo viví mi propio duelo. El día del accidente, hace cinco meses, fue el día que mataron a mi hijo -como se refiere a Nelson- y me sigue costando trabajo aceptarlo. Es a quien más he querido en la vida, estábamos súper conectados. Mira que he sufrido mucho; cuando falleció mi padre de cáncer, lloré y lloré, aunque me fui preparando porque sabía que estaba enfermo... pero esto no, ¡mi hijo no! No debe de haber un dolor más fuerte que la pérdida de un hijo, te puedes reponer de la de tu marido y padres, pero no la de un hijo. Si me hubiera muerto yo aquel día, mi madre nunca lo hubiera asimilado".

AMORES PERROS. 'El día del accidente fue el día que mataron a mi hijo (como se refiere a su perro Nelson) y me sigue costando trabajo aceptarlo', asegura Liz.
AMORES PERROS. 'El día del accidente fue el día que mataron a mi hijo (como se refiere a su perro Nelson) y me sigue costando trabajo aceptarlo', asegura Liz.


UN NUEVO CAPÍTULO EN SU VIDA Hoy, Liz ha regresado a los foros, aunque vive con un desconcierto por su salud que sólo los que han estado en su situación pueden entender. Y es que su temor no es infundado: "Amo usar zapatos de tacón y ahora no los soporto. Sé que no tengo que desesperarme, pero me angustia seguir cojeando. No quiero quedar así. Deseo estar tranquila porque me empiezo a asustar. Me dicen que no camine chueco, porque el cuerpo se va acostumbrando al igual que la columna... pero es un dolor insoportable. Me entra la depresión y la impotencia de no saber qué pasa con mi pierna. Me falta muchísimo para recuperar la movilidad total."

La actriz planea dedicarle más tiempo a sus terapias ahora que está en espera de nuevos proyectos. Y en cuanto a su estabilidad emocional, se vale de sus propios argumentos para también diagnosticar una pronta recuperación, pues asegura que "lo mejor siempre está por venir".

'Sé que no tengo que desesperarme, pero me angustia seguir cojeando', dice la actriz.
'Sé que no tengo que desesperarme, pero me angustia seguir cojeando', dice la actriz.

Tags

Publicidad

Newsletter

Recibe las últimas noticias de moda, sociales, realeza, espectáculos y más.

Publicidad